A uno de los genios de la Generación del 27, Jorge Guillén, le avergonzaba denominarse poeta. “¿Poeta yo, como Virgilio?”, comentaba ruborizado. Cuando le preguntaban por su oficio, el Nóbel de Literatura William Faulkner respondía que era “agricultor”. En idéntica línea, Marcel Proust se autodefinió como “artesano en su hogar”. Si bajamos unos cuantos peldaños, o más bien, 28 plantas hasta llegar al subterráneo, encontramos al primer edil de Alajeró, Manuel Ramón Plasencia Barroso, definiéndose como “un buen alcalde”. Y tal vez tuviera razón si no se empeñase en meter la pata una y otra vez, movido por esa necesidad imperiosa de satisfacer sus apetitos inconfesables de poder. Lamentablemente, y después de casi 20 años en la alcaldía, la transparencia y el buen gobierno, ni está ni se le espera.
Como muestra de lo comentado, me remito al pleno extraordinario solicitado por el Grupo Municipal del que soy portavoz, celebrado el pasado mes de julio, para tratar la vergonzante situación de la Avenida Marítima, y la repercusión que está teniendo a nivel socioeconómico. Lejos de reconocer el poco acierto en esta obra de importancia capital, el primer Edil se escondió tras una suerte de excusas (muy habitual en él) que fueron desde escudarse detrás de trámites burocráticos allende los mares, en la falta de apoyo del Cabildo Insular de la Gomera (como no, tirando balones fuera), así como otros pretextos que parecían más un desahogo en taberna que una declaración política. La realidad es que el mes de septiembre está dando los últimos coletazos, y parte de la avenida marítima sigue pareciendo Kosovo en plena guerra de los Balcanes.
Pues por si era poco el espectáculo acontecido en Alajeró, resulta que la Diputada Regional del PSOE, Ventura del Carmen, acaba de saltar a la pista central de la gran carpa,Ayuntamiento de Alajeró contando que va a arreglar los grandes males que azotan nuestro municipio: el Consultorio de Alajeró, la carretera Paredes-Aeropuerto, y el Puerto de Playa de Santiago. Si su objetivo era hacernos reír, como hacen los payasos de vestuario estrafalario y maquillaje excesivo, les confieso que lo ha conseguido, y con éxito. Sin embargo, si lo que intentaba era realizar un ejercicio de contorsionismo al más puro estilo del Cirque du Soleil, le advierto que la acrobacia no ha colado. La anemia que sufre nuestro querido pueblo es causada por las malas políticas de su Alcalde, y por mucho que Ventura del Carmen prometa cotufas y algodón de azúcar, de seguir con improvisaciones a la carta y malabarismos de tres al cuarto, el resultado seguirá siendo nefasto.
Que nuestro Alcalde lleva varios meses hiperventilando, políticamente hablando, no es ningún secreto: como se dice popularmente, “montó un circo, y le crecieron los enanos”. Lo que toca analizar es si esa mala gestión es fruto del azar y del maléfico destino, que la tiene tomada con el buen hombre, o si por el contrario, estamos ante una suerte de Rey Midas, mito marcado por la avaricia, con la salvedad que en lugar de convertir en oro todo lo que toca, lo convierte en algo calamitoso. Particularmente me inclino por la segunda opción. ¿Y Usted?