Hay una cuestión que creo que no se está explicando suficientemente bien. Y hace falta que la gente la entienda. Hace muchísimos años había un programa de televisión que se llamaba «La unión hace la fuerza». Personas distintas, con diferentes capacidades, concursaban y aportaban lo mejor de cada uno para conseguir ganar puntos. Una sola persona difícilmente puede levantar un peso de sesenta o setenta kilos. Pero treinta personas juntas, con un pequeño esfuerzo, son capaces de levantar en peso un coche.
Cuando se habla de hacer un esfuerzo fiscal lo que se está diciendo es que si todos colaboramos un poco más, pagando una pequeña subida en impuestos, el resultado final es que se puede conseguir mucho dinero para destinarlo a cuestiones que la sociedad necesita de manera urgente. Nadie puede negar que necesitamos más dinero para cuidar a nuestros mayores, para atender a más dependientes o para ayudar a pensionistas o familias que no llegan a fin de mes. Lo que sucede es que la gente está cansada de escuchar hablar de necesidades, pero lo que luego ve es que la política se dedica a gastar los recursos en fuegos de artificio. Lo sé perfectamente y me duele. Tanto como que se convoquen otra vez elecciones, con el dinero que supone su organización.
Agrupación Socialista Gomera forma parte de un pacto de gobierno que se ha comprometido con los más débiles, con los más necesitados y vulnerables. Y vamos a llevar ese compromiso hasta sus últimas consecuencias. Hay dos Canarias muy distintas, territorial y socialmente. Hay una que disfruta de condiciones y servicios muy distintos a los que tiene otra formada por familias e islas en las que se padece una realidad distinta. Cuando este Gobierno habla de reforma fiscal, habla de realizar un pequeño esfuerzo que se soportará entre todos y que puede suponer más recursos para los que menos tienen. Nuestro estado de bienestar se basa precisamente en distribuir las cargas proporcionadamente entre muchos y especialmente entre los que más recursos tienen, para destinar lo recaudado a quienes más lo necesitan.
Por supuesto que en ese esfuerzo hay dos niveles. Primero, el de nuestra propia tierra. Debemos perseguir un sistema fiscal justo y eficiente que nos permita recaudar parte de la riqueza que se produce para su redistribución. Hemos de apuntar hacia sectores donde se están generando recursos que no se distribuyen adecuadamente entre todos. Canarias tiene salarios de los más bajos del Estado y las rentas disponibles de las familias se alejan de la media peninsular mientras el coste de la vida está entre los más altos. Nuestro deber, como el de cualquiera con un mínimo de sensibilidad social, es actuar para corregir esos desequilibrios sobre la base de que quienes más beneficios obtienen en nuestras islas sean conscientes de que deben aportar también al bienestar común.
En un segundo nivel, no menos importante, la tarea de este Gobierno es defender la necesidad de que Canarias cuente con una financiación estatal justa, que ahora no tiene. El Sistema de Financiación Autonómica de 2009 no es bueno para las islas. No se están financiando los costes reales de los servicios públicos, que son más caros de prestar en un territorio insular, y no se han ajustado las transferencias al aumento de población que ha registrado el Archipiélago en los últimos años. Dos recientes leyes, la del nuevo Estatuto y la nueva Ley de REF, nos van a permitir defender esta realidad con mayor soporte jurídico ante la Administración del Estado.
Complementar el esfuerzo propio con la adecuación de las transferencias del Estado a los gastos reales de los servicios públicos en Canarias deben ser dos ejes que impulsen la tarea de este Gobierno. Yo creo que si la gente percibe que el esfuerzo que hace recibe una respuesta de un Gobierno austero, que dedica los fondos que recaude a labores realmente necesarias y socialmente urgentes, aceptará que cualquier pequeño sacrificio merece la pena. Lo importante no es la fiscalidad –que lo es– sino que el gasto sea ejemplar. Y mientras nosotros estemos en un pacto que defiende primero a las personas más vulnerables, tengo la absoluta confianza en que lo será.