El presidente de Canarias, el socialista Ángel Víctor Torres, asume que no habrá tenido éxito si dentro de tres años y medio las islas siguen en el último puesto del país en los principales indicadores sociales, porque, «indudablemente», dice, no puede devolver cuando termine su mandato una comunidad como la que recibió tras 26 años de CC.
En una entrevista, Torres repasa el estado del pacto de gobierno que mantienen PSOE, Nueva Canarias, Podemos y la Agrupación Socialista Gomera, responde a los cambios que algunos sectores le han pedido en sanidad y valora las críticas que compañeros suyos del PSOE han planteado a apuestas claves de Pedro Sánchez, como el diálogo con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) o la nueva subida del salario mínimo interprofesional.
Con seis meses de gestión todo gobierno suele dejar atrás la herencia recibida y empieza a depender de sus propias decisiones ¿Cómo se ven en este momento?
Lo difícil es sacar el presupuesto. Pusimos sobre la mesa la agenda social que queríamos desarrollar y tuvimos que modificar los impuestos. Lo hicimos en campaña electoral (de las generales) y la gente lo entendió, como entiende que hay tener una renta mínima ciudadana, que hay que tener una prestación canaria de inserción y que hay que apostar por un desarrollo sostenible.
Destaco dos propuestas: la Ley del Emergencia del Cambio Climático, que ya tiene casi todos los trámites para llevarla al Consejo de Gobierno y tenerla en vigor en este año con las aportaciones del resto del partidos, porque espero que se apruebe por unanimidad; y la Ley de Renta Ciudadana, para la que va a ser fundamental que se aprueben los presupuestos del Estado, porque significarán el desbloqueo de cientos de millones para Canarias.
¿Es el momento de hacer algún ajuste sobre los planes del Pacto de las Flores?
Estamos permanentemente actualizando nuestro programa de gobierno y haciendo correcciones donde sea preciso. Hasta este momento se ha hecho un trabajo positivo y está claro que si hay que hacer cambios, los haremos, negociando y con acuerdo entre las cuatro fuerzas políticas que forman parte del Gobierno.
¿Cómo es la convivencia política en el cuatripartito?
Muy buena. Los contactos entre los partidos y sus máximos dirigentes son permanentes y también entre los miembros del Gobierno, para que las cuestiones en las que tenemos distintos enfoques se culminen con un mínimo común compartido por todos.
Eso que parece difícil, no lo es si las fuerzas políticas comparten una ideología similar. Las cuatro somos fuerzas de izquierda progresistas, con los matices de cada una, pero que tienen en común las políticas activas sociales para Canarias. Eso ayuda a que los problemas se solventen de forma más fácil.
Coincidiendo con la marcha de Carolina Darias hubo una intensa campaña de críticas por parte de la oposición hacia la titular de Sanidad. ¿Se llegó a plantear hacer cambios en ese área?
La Consejería de Sanidad es compleja. Nunca ha estado exenta de polémica, movilizaciones y críticas sociales y de otra índole. Yo he hecho una apuesta por una persona que la está llevando y que procede del mundo social y ha sido una magnífica diputada. Y no lo dice solo el PSOE, sino el resto de las fuerzas políticas.
Se está enfrentando a temas como anuncios de huelga, el coronavirus o las listas de espera. Tenemos la voluntad de disminuir las listas de espera y de mejorar la sanidad. Con dificultades, porque siempre ha sido así, creo que se ha ido respondiendo a esos planteamientos.
La crisis del coronavirus, en lo que concierne a Canarias, va camino de solucionarse. ¿Sintió la presión del impacto que esta alerta podía tener, por ejemplo, sobre la imagen turística internacional de las islas?
Sentí el impacto que una noticia así podría tener en el sector sanitario y el turístico. Supimos a través del Ministerio de Sanidad alemán que había dos personas en Canarias que habían estado en contacto con un hombre en Múnich que había dado positivo en coronavirus y se hizo un trabajo de identificación, de saber dónde se hospedaban. La coordinación fue inmediata, lo que permitió cerrar el círculo de contactos en menos de 20 personas. Ellos llegaron a La Gomera 28 y el 29 estaban ingresados
La actuación ha sido excelente, rápida, prudente y coordinada. Una vez que se dio positivo, contacté con el presidente del Gobierno y con el ministro de Sanidad y a todos les dije que íbamos a encarar este problema, que íbamos a superarlo. Cada día que ha ido pasando las cosas han ido a mejor. Y agradezco mucho, además, la responsabilidad que han demostrado los medios de comunicación.
Tras un final de 2019 positivo en creación de empleo, las cifras del paro han vuelto a repuntar en enero.
Enero siempre es un mes malo. Hay una gran estacionalidad en la contratación y ahora es preciso abrir el debate de la reforma laboral, de su actualización para que haya fijeza en los puestos de trabajo y menos precariedad. Pero incluso así hay algunos datos favorables porque para los parados de larga duración ha sido el mejor enero desde hace muchísimo tiempo. También ha mejorado el paro juvenil, pero mientras haya una sola persona en desempleo no es para estar contento.
El sector turístico terminó el año con récord de ingresos, contra lo que se pensaba cuando quebró Thomas Cook. ¿Se exageró la repercusión que iba a tener esa crisis?
Activamos bien los mecanismos ante esa quiebra. Eso ocurrió el 23 de septiembre y el 24 ya manteníamos una reunión con los cabildos y, a los 48 horas, estábamos en Madrid, pedíamos la reunión de la Comisión Interministerial y nos sentábamos con los empresarios, los sindicatos y los partidos políticos.
La pronta respuesta y una unidad de acción funcionó. No sé si el sector alarmó, pero era algo desconocido y ante cualquier cuestión que afecte al turismo hay que ser claros porque supondría una quiebra en la estructura económica de nuestra tierra.
¿Tiene fecha para reunirse con Pedro Sánchez?
Aún no. Se que será pronto y lo recibiremos, porque va a ir a las comunidades autónomas, lo cual es un acierto. Es bueno que conozca la realidad distinta que tienen las distintas regiones.
Canarias lleva ya muchos años a la cola de España de todos los servicios públicos esenciales, en sanidad, en dependencia, en rendimiento escolar… ¿Considerará que su Gobierno ha fracasado si dentro de tres años y medio seguimos ahí?
Indudablemente no podemos dejar una Canarias como la que hemos cogido. Dependerá de circunstancias diversas, si hay una desaceleración económica, si hay una crisis internacional, si hay conflictos entre los grandes países… Canarias no es un oasis en medio del mundo, nos afecta como a otros lo que ocurra fuera de nuestras fronteras, incluso más.
Este gobierno, que llega después de 26 años de presidir la comunidad Coalición Canaria, tiene claro que se va a ser terriblemente exigente con él, y así debe ser. Hemos llegado para cambiar las cosas. El PSOE recibió el mayor apoyo ciudadano en las últimas elecciones y lo dijimos con claridad: hemos venido para mejorar la educación, la sanidad, los derechos sociales, la lucha contra el cambio climático, la administración pública… y a eso yo me voy a entregar. Si dentro de tres años y medio estamos como ahora, o peor, indudablemente no habremos tenido éxito.
¿Cómo son sus relaciones con la oposición?
Siempre tiendo la mano a la oposición. Cuando estaba en la oposición, se la tendía al Gobierno y creo que tengo una magnífica relación con todos los que he compartido una administración. Con el coronavirus todos me han agradecido que les trasladase la información. Yo voy a seguir tendiendo la mano a la oposición, a la que solo le pido que sus críticas las hagan pensando en el beneficio de Canarias, no en el beneficio partidario.
¿Le inquieta que su socio Román Rodríguez se refiera de vez en cuando a usted como «el actual presidente de Canarias»?
Sinceramente, no. Nunca he dormido mal pensando en lo que pueda pasar al día siguiente. Aquí hay un compromiso que se adquirió con la sociedad canaria y es el del cambio. En esa voluntad se manifestaron todos los partidos políticos. Era necesario ese cambio.
El PSOE lo tenía claro: había que caminar hacia un modelo distinto. Es buena la regeneración política. Los que llevaban tanto tiempo en el Gobierno pueden construir desde la oposición y crecer desde ahí… Es preciso ese cambio también para que las formaciones políticas se oxigenen. Lo que sea, será; yo confío en todos mis compañeros de pacto. Habrá dificultades, porque siempre las he tenido cuando he compartido gobierno, pero lo único que tengo en la cabeza es poder presentar a los canarios cuando acabe esta legislatura una Canarias bastante mejor que la que hemos recibido.
¿Hubiese recibido usted a Juan Guaidó?
Lo recibieron en algunas instituciones que no tenían competencia y el Gobierno de España actuó como creyó que debía hacerlo y yo respeto absolutamente las decisiones que toman los gobiernos.
¿Le preocupa como miembro de la dirección socialista que el Gobierno dependa de ERC y la conflictividad a la que está sometida la cuestión catalana?
Lo que me inquieta es que no tengamos presupuesto, que volvamos a la inestabilidad, que tengamos que ir a votar de nuevo porque no se pongan de acuerdo, por ejemplo, los partidos que han apoyado a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. No me inquieta que ERC haga peticiones porque me consta, se y estoy seguro de ello, que el PSOE nunca aceptaría ninguna condición que esté fuera de la Constitución o de la legalidad, tanto española como internacional.
Sí, habrá propuestas que se pongan sobre la mesa, pero una propuesta no camina si la otra parte no la acepta. Esquerra Republicana u otros partidos pueden decir lo que deseen, que si la otra parte no lo acepta, no tendrá recorrido. Si eso supone retirar el apoyo y no aprobar los presupuestos, ERC tendrá que analizarlo, porque sería un error volver a las urnas. Lo que quiere la gente es que tengamos un presupuesto, un Gobierno estable.
¿Entiende que compañeros suyos del PSOE cuestionen la subida del salario mínimo interprofesional, como ha hecho el presidente de Extremadura?
Cualquiera puede opinar lo que quiera, pero la democracia es aceptar lo que la mayoría dice. Y si formas parte de una organización política, más, aunque no te guste, porque la otra opción es irte. Si crees que lo correcto es ir por otro lado, márchate. Lo que no tiene lógica es hacer lo contrario de lo que dice la organización y quedarte. Eso es una incongruencia absoluta.
Hay compañeros que han opinado con respecto al pacto con otros partidos, que han opinado con respecto a la ruptura del país… lo que les pido es que lo hagan, por ejemplo, en el Comité Federal. El próximo sábado se celebra uno. Allí hay que plantear las cosas, dentro de la organización y luego asumir la mayoría.
Yo creo que tener en España personas que han cobrado 600 euros como salario mínimo interprofesional, en un país donde incluso con la crisis había cada vez más riqueza en menos personas, al tiempo que más pobreza entre los pobres, es consecuencia de una propuesta desigual, la que durante los años de mayoría absoluta del PP y siguientes se implantó en nuestro país. La crisis fue… pero solo para unos, no para otros. Eso lo tiene que corregir el actual Gobierno y la forma es subir el SMI. Cuanto más recursos tengan las familias, más consumo, así que el primero que se va a beneficiar es el empresario. Podemos seguir negociando, ir a la negociación colectiva, cambiar lo que haya que cambiar, pero tener un salario digno es un principio socialista. Lo tengo muy claro.