El pleno del Senado dio luz verde hoy a una moción para promover e impulsar una iniciativa legislativa dirigida a suprimir de la legislación electoral la exigencia de voto rogado para los españoles residentes en el extranjero. La iniciativa se aprobó con una enmienda firmada por el senador por la isla de La Gomera, Fabián Chinea, para que esta iniciativa se lleve a cabo en un plazo no superior a los seis meses “con el mayor consenso posible de todos los grupos parlamentarios”.
El senador de la Agrupación Socialista Gomera (ASG) considera que este importante paso que se ha dado esta mañana en el Senado “es el inicio para poner fin a los más de ocho años que ha permanecido vigente una barrera casi infranqueable para los más de dos millones de españoles que residen en el extranjero”.
“El sistema actual, aprobado en una reforma llevada a cabo en 2011, hace imposible el voto para la amplia mayoría de los residentes en el exterior. Y ahora nos corresponde buscar una salida para corregir este problema y encontrar la solución más factible y realista”, destaca el senador gomero.
Chinea apunta que “existen soluciones que otros países ya tienen vigentes con resultados más que satisfactorios. Unos lo hacen por la vía tecnológica, como son los casos de Suiza y Estonia, y otros con el voto directo en consulados, como es Francia”.
El senador de ASG recuerda que “la amplia mayoría de la diáspora canaria y gomera se encuentra al otro lado del Atlántico, sobre todo en Venezuela y Cuba. Y ellos y ellas, además de la crisis política y económica que se vive en ambos países, han visto mermados sus derechos, entre ellos el de ejercer su derecho al voto”.
“Nosotros tenemos la oportunidad en esta Cámara”, añadió, “de devolverles un derecho que nunca debieron perder. Y hacerlo con un calendario con un plazo específico para que este asunto no vuelva a quedar arrinconado por la urgencia de otras prioridades políticas.
El llamado voto rogado, que se instauró para evitar cualquier posibilidad de fraude ante los numerosos errores en el censo, obliga a los españoles residentes en el exterior que quieran participar en cualquier proceso electoral a rogar el voto, esto es, estar registrados, mostrar su voluntad de votar pidiendo la documentación junto a una copia de su DNI o pasaporte, esperar a que les lleguen las papeletas una vez que se hayan cerrado las listas y luego votar por correo o en los consulados. En la práctica, la inmensa mayoría de las veces los votantes no superan el segundo trámite, ya que la documentación llega con las urnas cerradas.