Las matriculaciones de turismos y todoterrenos en las islas, han experimentado una fuerte caída del 70% durante la primera semana en la que ha estado en vigor, la declaración del Estado de Alarma decretado como consecuencia de la crisis sanitaria del COVID-19. Un total de 275 matriculaciones, frente a las 931 si se compara con la misma semana del ejercicio anterior.
Según el estudio realizado por Aconauto, la patronal de concesionarios de automoción de Canarias, este desplome está vinculado a la declaración del estado de alarma, que ha motivado el cierre de todos los puntos de venta en las islas. Hay que tener en cuenta, que las unidades que se matricularon en los primeros días laborables tras la declaración del estado de alarma, corresponden a operaciones ya cerradas con anterioridad, de las que solo quedaba pendiente su matriculación.
Por canales, las matriculaciones entre particulares se situaron durante este periodo en 225, lo que representa una caída del 65% con respecto a 2019. Para las compañías de alquiler, la cifra de matriculaciones se sitúa en apenas 15, lo que supone un desplome del 90%. Por su parte las matriculaciones entre las empresas, llegaron a un total de 35 durante la primera semana completa de declaración del estado de alarma, lo que representa una caída del 77%, respecto al mismo periodo del año anterior.
En lo que va de mes, las ventas de turismo y todoterreno en el archipiélago, acumulan un descenso del 36% con un volumen total de 1.262 unidades.
Para el presidente de Aconauto Canarias, Manuel Sánchez “estas cifras reflejan que el sector está afrontando el peor momento de la historia de los concesionarios en Canarias. Frente a una productividad cero, las empresas deben seguir haciendo frente a una serie de gastos ineludibles. Nuestras organizaciones no están pensadas para ser improductivas a estos niveles, por lo que nos hemos visto obligados a recurrir al ERTE, para poder garantizar el futuro de las empresas y de los trabajadores”