Las actividades de sensibilización y educación ambiental son una parte esencial en el quehacer de los Parques Nacionales. Esto se recoge en la legislación, tanto de ámbito estatal como en los Planes Rectores de Uso y Gestión de cada Parque.
Garajonay no es una excepción y desde hace treinta y seis años trabaja en colaboración con los distintos Centros Escolares de la isla en actividades de sensibilización y educación ambiental prácticamente sin interrupciones. Este curso 2019-2020, hubiese sido igual, salvo por la irrupción del COVID 19, justo en los meses en los que la mayoría de los Centros Educativos acuden al Parque con su alumnado. Esto es de marzo a junio.
Estas actividades, la gran mayoría realizadas en el Parque y en menor medida en el aula, tienen como finalidad conocer los valores del Parque, sensibilizar acerca del impacto de las acciones humanas en el medio y a la vez adquirir actitudes y comportamientos que permitan relacionarse con el medio natural de forma positiva. Y por supuesto, y no menos importante, está el aspecto lúdico que las actividades han de tener para que sean una experiencia positiva para el alumnado.
Este trabajo no hubiese sido posible sin la colaboración de todas las personas vinculadas con la Comunidad Educativa: Responsables Insulares, Centros de Profesores, Asociaciones de Padres y Madres, el servicio de cocina que prepara los picnics que lleva el alumnado al campo, los padres y madres y los propios alumnos. Pero queríamos mencionar especialmente a las maestras y los maestros que han visto en Garajonay una oportunidad educativa. Cada año formulan sus propuestas para que estas actividades, además de lúdicas, sean una herramienta didáctica y con perspectiva curricular.
Muchos han sido los temas tratados. Todos ellos relacionados con el espacio singular que es Garajonay: flora, fauna, ecosistemas, ciclo del agua, historia, geología, estudios de parcelas que implican cálculos matemáticos y mediciones, entrevistas en idiomas, etc. No podían faltar temas menos agradables, pero que es necesario abordar, como el impacto de los incendios en los ecosistemas o la flora y la fauna introducida. Estamos hablando de una cifra de alumnos nada desdeñable en el contexto insular. Si ponemos como ejemplo el pasado curso 2018-2019, se registraron un total de 1306 alumnos, el 40% de educación primaria.
Treinta y seis años dan para mucho. Muchos de los alumnos y alumnas que han participado en estas actividades están cerca de cumplir los cincuenta. Ahora son sus hijos e hijas los destinatarios. En este tiempo se han diseñado y puesto en práctica infinidad de metodologías y recursos didácticos. No podían faltar las obras de teatro, los juegos, bailes etc. Seguro que a más de un lector o lectora le suenan personajes como Gotina o Bosque Esponja, o habrá bailado el baile del mirlo.
Ha sido y es una experiencia entrañable y a la vez un gran aprendizaje para quienes hemos trabajado en esto. Este parón, que esperamos sea breve, nos brinda la oportunidad para evaluar esta trayectoria y buscar nuevos enfoques y metodologías adaptadas a un mundo en constante cambio. Garajonay es una oportunidad educativa, que puede contribuir a la formación de personas con mayor conciencia ambiental. Por esto queremos finalizar este artículo con una cita de Pablo Freire, (1921-1997), educador y experto en temas de educación, de origen brasileño:
“Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción”
Área de Uso Público. Parque Nacional de Garajonay