En declaraciones al programa Más Vale Tarde de la Sexta, el presidente del Cabildo de El Hierro, Alpidio Armas, anunció que su isla está libre de coronavirus tras las últimas altas médicas y que, de seguir así, comenzará el desconfinamiento en mayo con la apertura de playas, bares y otros locales de restauración el próximo mes de mayo.
De confirmarse este extremo, El Hierro se convertiría en el primer lugar de España en finalizar el confinamiento por el estado de alarma debido a la pandemia del coronavirus. Según los datos de Sanidad, hasta esta mañana había cuatro casos en la isla de El Meridiano. Hasta el momento solo La Graciosa se ha librado del covid-19.
Los 33.400 canarios que residen en La Graciosa, El Hierro y La Gomera, las tres islas donde hace semanas que no se registra ningún contagio de coronavirus (la primera, de hecho, nunca los tuvo), ven más cerca el día de empezar a recuperar su vida normal, pero sus responsables exigen todas las medidas de seguridad antes poner en marcha el desconfinamiento.
«Vamos a tener que ayudar a la gente a perder el miedo a salir», decía este lunes el presidente del Gobierno canario, Ángel Víctor Torres, quien sostiene que no tiene «ninguna lógica» que se impida a las islas que mejores datos presentan empezar a recuperar la normalidad, aunque al principio se ciña solo a su territorio.
Y lo mismo piensa del resto de archipiélago si sus cifras progresan como hasta ahora, con menos de 20 contagios diarios detectados en toda la comunidad (2,15 millones de habitantes) a pesar de hacer el doble de pruebas que cuando afloraban cien cada jornada. Porque o la actividad económica se reactiva, advierte, o lo que va a golpear muy duro a Canarias «será la pobreza».
De acuerdo con las últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad, Canarias es, con diferencia, la comunidad que mejores datos presenta: su tasa actual de incidencia es de 19,41 casos notificados por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, frente a una media nacional de 135,65. La Rioja tiene 320,39; Castilla-La Mancha, 304,69; Castilla y León, 280,93, y Madrid, 252,95
Las cifras de la pandemia en el archipiélago hasta anoche son las siguientes: 2.085 contagios, 120 fallecidos y 878 altas médicas.
Las tres islas de Canarias con datos más favorables son también las menos pobladas y las más envejecidas del archipiélago, las tres con más de un 21 % de mayores de 65 años entre sus habitantes (la media de la comunidad autónoma es del 15,8 %).
Para las primeros lugares que comiencen a hablar de desconfinamiento, el presidente de Canarias planea test masivos y un estricto control de sus puertos y aeropuertos. Y eso es casi lo mismo que exigen sus gobiernos locales, consultados por EFE.
Los habitantes de la más que pequeña de las islas de Canarias viven desde el 15 de marzo el mismo confinamiento que el resto de los españoles, a pesar de que no se ha dado nunca un caso entre ellos y tiene casi anulado su único «puente» con el resto del mundo: el barco que les comunica con Órzola, en el norte Lanzarote.
La Graciosa carece de gobierno local propio, depende a todos los efectos del Ayuntamiento de Teguise y el Cabildo de Lanzarote, pero sí tiene una concejal encargada de sus asuntos, que reside en la isla, Alicia Páez (CC). Ella da fe de que, a pesar del oasis que les rodea en esta pandemia de Covid-19, sus convecinos «siguen estrictamente las normas de aislamiento y permanecen en sus casas».
«Las personas mayores nos llaman por teléfono y nosotros les hacemos las compras en la farmacia, el supermercado o la panadería y se las acercamos con personal de Emerlan (la asociación de voluntarios de emergencias), porque así evitan salir a la calle», relata la concejal.
Para Páez, mantener a La Graciosa aislada del resto del mundo en este momento sigue siendo «importantísimo». Sin embargo, matiza que los gracioseros no estarían «en contra de que se restableciera progresivamente la actividad, pero siempre manteniendo el control de la gente que entra y sale, como ocurre ahora».
En este momento, la Guardia Civil vigila que al barco que parte de Caleta de Sebo a Órzola -y viceversa- solo se suban personas que deben acudir a citas médicas o a sus puestos de trabajo, equipos sanitarios o de seguridad y personal que acude a La Graciosa a efectuar reparaciones.
La red sanitaria de La Graciosa es pequeña, se reduce a dos médicos, dos enfermeras, una ambulancia y una farmacia, que cuentan con la ayuda de un policía local y, de cuando en cuando, una patrulla de la Guardia Civil desplazada desde Lanzarote.
En la isla del Meridiano solo han tenido que lidiar hasta ahora con cuatro casos de coronavirus. Eso si se cuenta como casos de El Hierro los protagonizados por pacientes de la sanidad pública con tarjeta de salud en esa isla, porque en realidad El Hierro solo ha vivido un caso declarado en su territorio, el 20 de marzo, y su protagonista ya ha recibido el alta.
El presidente de su Cabildo, Alpidio Armas (PSOE), tiene claro que, antes de relajar el confinamiento, habría que hacer pruebas de Covid-19 a la mayoría de los herreños. «Los test masivos a la población nos darán una radiografía exacta de la situación sanitaria de cada uno de nuestros ciudadanos y eso es fundamental para emprender cualquier medida. Sin test, sería jugársela», alega.
Armas advierte, además, de que el desconfimamiento debe ser una cuestión progresiva y escalonada, «sin que ello suponga una vuelta a la normalidad conocida hasta antes de la pandemia del Covid-19».
«Todos tenemos que ser conscientes de que esta nueva realidad conlleva un cambio abrupto en nuestras vidas, la forma de relacionarnos y de interactuar con el resto de la sociedad», asegura el presidente herreño, que considera que la pandemia de Covid 19 ha hecho «inviable la vida que teníamos hasta ahora».
Alpidio Armas aún desconoce si el desconfinamiento empezará por La Gomera, El Hierro o La Graciosa y, más aún, cómo se planteará.
A su juicio, será bueno que la ciudadanía pueda salir, pero atendiendo a ciertas restricciones y al criterio de los expertos.
Armas ve posible que el próximo 26 o 27 de abril, con el final de la segunda prorroga del estado de alarma, se permita que los niños de menos de 14 años puedan salir a pasear una vez al día. Y lo mismo podría aplicarse, opina, a los adultos, por un tiempo determinado y limitado, con la mínima interacción entre personas y respetando la distancia social y la prevención de contagios.
«Esto podría ser positivo para la población en general y, de realizarse respetando las normas, no tiene que significar un riesgo extremo», argumenta.
El 31 de enero, el mismo día en que Italia declaraba sus dos primeros contagios de coronavirus, España notificaba también su primer enfermo: un turista alemán recién llegado a La Gomera que se había contagiado en su país. Todo un desafío para una isla tan pequeña, pero la reacción no pudo ser más efectiva: el turista alemán ni siquiera infectó a sus compañeros de vacaciones.
Dos meses y medio después, La Gomera solo ha sufrido diez casos de Covid-19. Y a día de hoy, solo un enfermo está pendiente de alta médica en esta isla. El presidente de su Cabildo, Casimiro Curbelo (Agrupación Socialista Gomera), cree que el hecho insular y el aislamiento añadido al que se ha sometido a La Gomera al limitar todas sus comunicaciones facilitan que se produzca un desconfinamiento interior paulatino y asesorado por los expertos.
La clave, a su juicio, está en el control de aeropuertos y puertos. En el caso de La Gomera, el aeródromo de la isla continúa cerrado, mientras que en el puerto se lleva a cabo un proceso de desinfección de todos los vehículos que desembarcan.
Curbelo resalta que los diez casos de Covid-19 han sido todos importados y reconoce que los habitantes de la isla están deseando «tener una vida normal». Él piensa que es posible recuperarla, pero siempre con garantías sanitarias y de seguridad.
«Al 10 de mayo, día en el que finaliza el estado de alarma (tras la última prórroga solicitada por el Consejo de Ministros), hay que llegar con un programa concreto para empezar a salir a la calle«, defiende el veterano político. Y, en su opinión, la gran pregunta es saber si en islas como la suya, pero también El Hierro y La Graciosa, se pondrá iniciar la desescalada antes de esa fecha.
Con sectores como construcción de nuevo activos y la salida de los niños a partir del 27, Curbelo entiende que se debe estudiar la posibilidad de que determinados comercios puedan abrir sus puertas. Propone además que se permita la convivencia en la calle con los controles adecuados y reconoce que eso es más fácil hacerlo en una isla pequeña que en una ciudad de 200.000 habitantes.
En La Gomera, añade, se han tomado muchas medidas de seguridad para garantizar el control del virus y como ejemplo cita la creación de grupos de 160 personas para la desinfección.
Aunque han tenido problemas con el suministro de test, se les ha realizado a todos usuarios de las residencias de mayores y ninguno ha dado positivo, subraya.
Desde su punto de vista, les toca a los expertos decir cómo ir haciendo la desescalada, aunque él está plenamente convencido de que se puede realizar sin riesgo. Casimiro Curbelo defiende que todos los ciudadanos de Canarias, en general, han sido muy cumplidores con el confinamiento y advierte de que las consecuencias de esta crisis van a ser «dramáticas» para las islas debido a la paralización de su motor económico, el turismo.