Coalición Canaria-PNC ha elaborado una propuesta de actuaciones ante la pandemia de Covid19 para el sector turístico del Archipiélago, en el que han trabajado profesionales tanto del ámbito de la Salud Pública como del Turismo. El documento recoge reflexiones y propuestas ante el escenario actual que permitan la reactivación turística, y en cualquier caso pasan por la elaboración de un Plan Integral de Prevención de brotes de COVID-19 como estrategia clave para recuperar el sector turístico. Los nacionalistas proponen en este documento que ya ha sido remitido al Gobierno, tanto medidas de carácter general como medidas específicas para cada actividad de la cadena turística.
Como explicó esta mañana el rueda de prensa, el diputado nacionalista y uno de los coordinadores del documento, Narvay Quintero, de la pronta reactivación del turismo depende que la crisis económica en las islas no cumpla las peores previsiones “pero esa reactivación debe ser segura y, por ello, y desde la responsabilidad que hemos demostrado desde el minuto uno de esta situación hemos aunado la experiencia en gestión y en materia sanitaria y turística que acumula CC-PNC para aportar este documento al Gobierno”. “Mientras convivamos con la enfermedad tenemos que garantizar la seguridad tanto para quien nos visita como para los canarios y canarias”.
Así, otro de los coordinadores del documento, el senador autonómico Fernando Clavijo recordó la actividad turística supone el 35% de nuestro PIB y el 40% del empleo “de ahí la importancia de su reactivación” que en estos momento depende de varios factores “y no solo por la situación de control de la crisis sanitaria en Canarias, sino además por el levantamiento de las restricciones de movilidad en España y en Europa, por los niveles de afección sanitaria y económica de nuestros principales mercados y por la confianza de nuestros potenciales clientes”. Por tanto, “las medidas del cambio tendrán que venir avaladas por la realidad actual que la demanda va a solicitar” y en este caso, la insularidad “juega a nuestro favor a la hora de convertirnos como un destino seguro”.
José Díaz Flores, coordinador también del documento, señaló que la “seguridad sanitaria” se va a poner a la cabeza en cuanto a las razones por las que se elegirá un destino, por lo que toda la cadena de valor del sector turístico, sin perder sus cualidades básicas por las cuales era elegido anteriormente, deberá adaptar su propuesta con la premisa de que el visitante va a requerir esa seguridad sanitaria, y de esta manera la oferta podrá planificarse aplicando medidas que la garanticen de manera integral desde el punto de vista local. Es decir, “el visitante va a priorizar ya no solo los riesgos actuales derivados de la pandemia, sino también todos aquellos que puedan afectarle desde el punto de vista sanitario, dado que se ha creado una alarma de tal magnitud, que ha hecho aumentar radicalmente la sensibilización de la población a los riesgos sanitarios”.
En el caso de Canarias, la insularidad y la lejanía, que siempre han representado un problema, “se pueden convertir en una fortaleza”, dado que de cara a abordar estas situaciones pandémicas que supone la globalización, el poder llevar a cabo medidas de “aislamiento controlado” en las islas, facilitará la consecución de los estándares de seguridad que los que nos visiten van a requerir. “Por ello, no se entiende el inmovilismo de AENA a quien demandamos protocolos más eficaces y claros que contribuyan ya, con urgencia, a mejorar y garantizar la seguridad sanitaria”.
El documento señala, que las medidas como destino turístico deben abordarse desde varias perspectivas, como pueden ser: la seguridad alimentaria, la sanidad ambiental, la promoción de la salud, o la perspectiva asistencial, es decir capacidad tanto pública como privada de atender la enfermedad en sus diferentes niveles asistenciales (primaria, hospitalaria,…).
Por lo tanto, cada uno de los destinos turísticos deberá disponer de todas las cuestiones anteriormente citadas desde la perspectiva de la seguridad sanitaria, garantizando una “cartera sanitaria” acorde a la demanda, y en el caso contrario deberá mejorar todas aquellas debilidades que se detecten. Canarias, en ese sentido, parte de un excelente punto de partida ya que se trata de un destino con altos niveles de seguridad sanitaria.
Partiendo de este análisis, el documento recoge un conjunto de medidas preventivas y de abordaje para la recuperación turística, tanto desde el punto de vista público como privado, siempre de cara a evitar posibles rebrotes. CC-PNC entiende que para “optar a abrirnos al exterior” debemos garantizar que la pandemia está controlada en las Islas, por lo que como paso previo habrá que seguir desarrollando una línea de trabajos y actuaciones en el ámbito local. Actuaciones que, lógicamente, deben implicar al conjunto de la cadena de valor del sector turístico, por lo que dichas medidas no solo deben centrarse en los establecimientos hoteleros (que por sus capacidades van a tener en general mas posibilidades para instrumentar medidas adecuadas) y de ocio sino también en el resto de la oferta turística, y al de agentes que contribuyen al paquete turístico (agencias de viaje, líneas aéreas, aeropuertos, transporte interior,…), y debiendo ser extensibles tanto a establecimientos públicos como privados de todo tipo, como las terminales, paradas y oficinas de transporte, los vehículos que utilizan (taxis, guaguas, vehículos para excursiones, mini trenes, tranvías, embarcaciones de excursiones, alquiler de coches, alquiler de bicicletas…), las empresas de ocio (museos, cines, parques temáticos…), así como resto de comercios y demás empresas de servicios.
Para los nacionalistas, es necesario que todas las medidas pivoten alrededor de un Plan Integral de prevención de brotes de COVID-19, como estrategia clave para la recuperación del sector turístico, y al fin y al cabo de nuestro sistema social y económico. Un Plan que pase por la constitución de un equipo multidisciplinar de carácter técnico que valore las actuaciones a llevar a cabo y que pueda proponer aquellas medidas que se consideren necesarias según la evolución de las circunstancias. Los nacionalistas recomiendan que al menos dicho equipo este compuesto por especialistas con experiencia en Salud Pública, Turismo, Transportes, Economía y Hacienda y que también incorpore a especialistas del sector privado.
Asimismo, otras cuestiones claves a considerar serán, la realización de encuestas de motivación actualizadas de nuestros posibles visitantes (que deberían llevarse a cabo al menos en los principales países emisores de turistas), el establecimiento de medidas considerando el lugar donde se van a desarrollar y la anticipación a las necesidades de futuro.
Como aspecto fundamental en la anticipación, y debido a que en otoño se producirá una coexistencia de los casos de gripe con el dela COVID-19 que podrían derivar en falsas alarmas al presentar los mismos síntomas, este documento propone vacunar al mayor numero posible de la población, “lo que implicara la compra anticipada del mayor número de vacunas posibles, en previsión de la enorme demanda que se producirá a nivel mundial, así como dotarse de aquellas baterías de pruebas analíticas que se están desarrollando en la actualidad para la determinación conjunta tanto de la COVID-19 como de la gripe estacional”.
Asimismo, ese plan debe implantar acciones tanto de carácter general (que pueden ir desde el distanciamiento social o interpersonal, medidas higiénicas y de prevención), como complementarias o específicas que deberán adoptarse dependiendo de cada uno de los subsectores implicados. A modo de ejemplo, los nacionalistas explican que es posible que sea necesario el desarrollo de planes de contingencia específicos en instalaciones hoteleras que contemplen diferentes aspectos organizativos y logísticos y que sean acordes a la oferta propia de cada establecimiento. Así, se tendrán que tener en cuenta medidas en zonas comunes (recepción, restaurantes, piscinas, zonas infantiles… ) y en zonas mas privadas (habitaciones). Asimismo, en el plan de contingencia se deberán incluir actuaciones a adoptar en el caso de la detección de posibles casos.
Para CC-PNC el autocontrol debe ser clave para la disminución de riesgos, y al mismo tiempo es imprescindible que se lleve a cabo un desarrollo legislativo que aporte, tanto seguridad jurídica de las medidas propuestas, como garantías en el conocimiento de las actuaciones a llevar a cabo. De igual importancia se considera el poder contar con instrumentos que nos aporten datos objetivos de cara al control de los visitantes. En este sentido y para evitar posibles nuevos rebrotes, en el documento se plantea la necesidad de implantar todas aquellas medidas que aporten la mayor seguridad posible, de tal manera que se pueda evitar que los que nos visiten no sean portadores del virus (sobre todo asintomáticos que suponen el principal riesgo).
Otros aspectos claves serán: la reapertura paulatina de rutas, iniciándose solo con zonas que ya están sin casos o estén controlados, la utilización de pruebas-test previas al viaje y/o en destino, el uso de herramientas tecnológicas que permitan geolocalizar a determinados visitantes que se puedan considerar de riesgo o indicar un contagio como la medición de la fiebre, las aperturas de puertas con mandos o sensores, los ascensores sin botones…
Además, los nacionalistas consideran que es necesario establecer cuanto antes un calendario de actuaciones, un plan de inversión público-privada para afrontar el coste de las diferentes medidas propuestas, así como la puesta en marcha de campañas de concienciación de la población para llevar a cabo con el mayor rigor posible las medidas propuestas. Por último, se considera imprescindible establecer una coordinación eficaz entre todos los agentes implicados.