La directiva de la Asociación de la Prensa de Santa Cruz de Tenerife (APT) confía en una pronta vuelta a la normalidad de la actividad periodística y en que los profesionales afectados por ERTE puedan continuar con su trabajo en condiciones similares a las existentes antes de la declaración del estado de alarma.
También espera que las redacciones, sin perjuicio de la libre movilidad de los profesionales para la cobertura de hechos noticiosos, vuelvan a ser el núcleo desde el que se vertebre la transmisión de la información a los ciudadanos, las cuales, en muchos casos, se encuentran diezmadas o relegadas por el teletrabajo, cuando su función resulta esencial para el desarrollo del sector de la comunicación, por el intercambio de conocimientos, ideas y opiniones que se genera a diario dentro de este entorno laboral.
La dirección de la APT acordó por unanimidad comenzar una recogida de firmas entre los profesionales del sector para seguir avanzando en la creación del Colegio de Periodistas y continuar el procedimiento iniciado, ya que considera que es una entidad institucional necesaria para la defensa de los profesionales y de los receptores de la información que aquéllos elaboran, tanto en las actuales circunstancias como en las que se prevén en el futuro, ante la proliferación de bulos y el incremento de la desinformación.
En la reunión de la Junta Directiva también se puso de manifiesto la inquietud por la proliferación de personas de dudosa cualificación profesional que dirigen mensajes a la opinión pública, aparentemente sin los conocimientos necesarios, sobre cuestiones relacionadas con la pandemia de la COVID-19 y que tampoco son expertos en la materia ni profesionales del periodismo. Por ello, sin ánimo de reabrir ningún debate, reclama a los medios de comunicación que, cuando les den voz, sean presentados y rotulados con los títulos académicos oficiales que puedan acreditar sus conocimientos o por su pertenencia a organizaciones profesionales (colegios o asociaciones), por su condición de opinadores y no mediante términos imprecisos como ‘tertulianos’, ‘blogueros’, ‘youtubers’, ‘influencers’ u otros vocablos confusos que son expresados a través de anglicismos.