El Ministerio de Sanidad ha registrado 2.953 casos de coronavirus, 1.792 diagnosticados en el último día, sin contar los datos de Euskadi y Castilla-La Mancha, que no han registrado datos, en el caso de Euskadi, por festividad local. Ayer se notificaron 1.178. De los 2.953 casos, 771 se han producido en Catalunya, 657 en Aragón y 613 en Madrid. Desde el inicio de la pandemia se han infectado 305.767 personas confirmadas por test.
Además, las autoridades han añadido un fallecido al balance total, con lo que la cifra desde marzo sube a 28.499. De ellos, 25 han muerto con fecha de los últimos siete días.
Hasta ahora, explicó este lunes Simón, las subidas venían fundamentalmente de Aragón y Catalunya, que llegaron a alcanzar el 70% del total, pero hay algunas otras comunidades «en las que se están identificando brotes que en principio se están controlando, pero no dejan de significar un cierto nivel de transmisión comunitaria» que «en algún momento pueden llegar a descontrolarse». La situación no es comparable a marzo o abril, cuando el sistema de notificación era diferente y solo se hacía PCR a los casos más graves; ahora se rastrea más y se encunentran más casos, lo que se traduce en que entre un 60% y 70% son asintomáticos o presintomáticos. Sin embargo, «hay que seguir con atención» el «incremento progresivo» en varias comunidades, advirtió el epidemiólogo.
Si nos fijamos en los casos diagnosticados en los últimos siete días, un indicador más estable que el diario, el aumento en Catalunya parece haberse estabilizado, aunque sigue acumulando la mayor cantidad de positivos. No obstante, hace cuatro semanas registraba más de la mitad de los nuevos casos y ahora son un tercio. Le siguen Aragón y Madrid, que ha duplicado el número de contagios en la última semana respecto a la anterior. País Vasco y Andalucía son las otras dos comunidades que superan los 1.000 casos en los últimos siete días y con crecimientos importantes. Navarra, donde varios brotes dispararon los contagios, se ha suavizado y bajan las infecciones, aunque la incidencia por cada 100.000 habitantes sigue siendo de las más altas del país (63).
La de Aragón es la situación más preocupante ahora mismo, cuando ha iniciado una semana clave tras la multiplicación de los contagios, sobre todo en Zaragoza, donde se acumula la inmensa mayoría de los nuevos casos. Además, las residencias de mayores vuelven allí a estar en el punto de mira, con medio centenar con casos. Las autoridades sanitarias intentan atajar el rebrote mediante medidas generalizadas en casi todo el territorio y en las que la capital, junto a otras tres comarcas, ya estaba inmersa. Se considera que, aunque hay algunos puntos calientes, la mayor parte de la comunidad puede tener transmisión comunitaria, según explicó la consejera de Sanidad, Sira Repollés, que ha incidido en que «de momento» no contemplan el confinamiento.
Los expertos inciden en que la situación en Aragón es preocupante porque cuando hay «una tendencia de subida que no se termina de cortar, algo se está escapando», explica Elena Martínez, vicepresidenta de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE). No obstante, apuntan a que hace falta dar tiempo, al menos 14 días, para que las medidas tengan efecto, algo en lo que ahora ponen todas las miradas los responsables aragoneses y también Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, que este lunes indicó que se están tomando «medidas importantes» que «tienen que tener un impacto».
Donde sí han pasado ya estos 15 días desde la puesta en marcha de las restricciones más duras ha sido en Catalunya, que parece que ha suavizado el ritmo de incremento de los contagios. El nivel de transmisión sigue siendo elevado, pero menor que en las semanas previas. Aún así, la información de la Generalitat revela que el riesgo de rebrote, aunque se ha aligerado, continúa siendo alto.
Todos los ojos están puestos también en Madrid, que sigue en plena fase ascendente de nuevos contagios. Con los datos de este martes, las infecciones diagnosticadas son más del doble que la semana anterior. Lo cierto es que la comunidad ha aprobado un plan de medidas restrictivas y lo ha hecho cuando la incidencia era aún menor que la registrada en Barcelona cuando se impusieron las limitaciones, pero los expertos temen que la situación se descontrole porque, de momento, sigue la estela de positivos de la provincia catalana y se enfrenta al mismo cóctel de movilidad y población con una plantilla de rastreadores que, según sindicatos y asociaciones profesionales, sigue siendo deficiente a pesar de los refuerzos.