La isla de La Gomera alberga en su interior una de las mayores muestras de monteverde de la Macaronesia y uno de los bosques mejor conservados de la Era Terciaria: el Parque Nacional de Garajonay.
A lo largo de sus 3.984 hectáreas de superficie, este parque es considerado un auténtico fósil viviente. Su imponente formación vegetal y el ambiente que esta crea en conjunción con el mar de nubes lo convierte en un paisaje digno de un cuento de hadas.
Su excepcionalidad natural e histórica le ha valido para hacerse con la mención de Parque Nacional en 1981, para más tarde ser declarado Patrimonio de la Humanidad en 1986, y Reserva de la Biosfera en el año 2012; y le ha convertido en una parada obligatoria para todo aquel que visita la isla de La Gomera.
El Parque Nacional de Garajonay es el ejemplo perfecto de equilibrio entre la conservación natural y el turismo sostenible. Cada año recibe a más de un millón de visitantes que, en consonancia con la naturaleza única y virgen, encuentran multitud de herramientas y servicios que enriquecen su experiencia.
Y es que no hay mejor manera de conocer y vivir el Parque Nacional de Garajonay que empleando el propio cuerpo. Gusto, tacto, vista, oído, olfato… El Garajonay es un placer para los cinco sentidos.
Atrévete a tocar
Si hay un órgano ideal para experimentar sensaciones ese es, sin duda, la piel. Garajonay es un libro abierto de texturas y contrastes, que van desde la rugosidad de los troncos de los viñátigos y los aceviños, hasta la suavidad de la tierra humedecida por la lluvia horizontal, pasando por la frescura de las aguas que emanan de los chorros de Epina, o el cosquilleo del musgo en los tallos leñosos de la variedad de árboles que componen el bosque de laurisilva.
Asómate y observa
Los increíbles paisajes de La Gomera están en sintonía con la amplia red de miradores que la isla tiene repartidos por distintos puntos de su orografía. Tanto en la zona de preparque como de parque, el Garajonay ofrece unas maravillosas vistas a estructuras naturales tan imponentes como Los Roques, o a varias de las Islas Canarias desde su punto más alto, el Alto de Garajonay.
Para todos los gustos
Miel de palma, gofio, almogrote, quesos, vinos, potaje de berros, … Una experiencia no se vive al cien por cien si no se ha conocido y probado los sabores y alimentos del lugar. La Gomera cuenta con una extraordinaria riqueza de productos agroalimentarios que se pueden degustar tanto en establecimientos situados en las inmediaciones del Parque Nacional de Garajonay, como de manera autónoma en los merenderos y zonas de ocio que se distribuyen por el Parque.
Afina el oído
Las aves son el grupo más numeroso de las especies de vertebrados que habitan durante el año el Parque Nacional de Garajonay. Su excelente ubicación en pleno corazón de la isla permite que el silencio y el canto y arrullo de las aves – mirlos, pinzones, y las características palomas rabiche y turqué – sean el hilo musical que ameniza la estancia en la zona.
Huela a gloria
La primavera es una de las épocas por excelencia para visitar el Parque Nacional de Garajonay gracias a la imponente explosión de colores y olores propios de la estación que perfuman el ambiente. El olor y el ambiente primaveral no solo atrae a miles de turistas al Parque, sino que también llama la atención de las más de mil especies de invertebrados que habitan el bosque durante el año, y que hacen mayor acto de presencia que nunca para pulular y danzar entre las más de 700 especies vegetales que alberga el Parque.