No cabe la menor duda de que hoy en día el fútbol ya no es simplemente un deporte, se ha convertido en una enorme influencia de la economía mundial, y esto genera un gran impacto directo e indirecto en aspectos tan importantes como la creación de empleo.
Para que nos podamos hacer una idea de la dimensión del “deporte Rey”, se ha dicho que los 220 millones de euros que desembolsó el PSG por Neymar servirían para reconstruir la ciudad la ciudad Siria de Mosul, devastada por la guerra.
Los efectos económicos del fútbol se van cada día volviendo más trascendentales, tanto desde la perspectiva macroeconómica como desde la microeconomía. Es tal el efecto, que si la industria del fútbol fuese un país, equivaldría a la décimo segunda economía del mundo. Según diversos estudios, tan sólo 30 países a nivel mundial producen el PIB que el negocio del fútbol mueve anualmente. Más de 500.000 millones de dólares en actividades como traspasos de jugadores, publicidad y asistencia a los estadios, además de otros negocios derivados de la popularidad del mismo.
En 2016 la FIFA dio a conocer que el fútbol representa la quinta población del planeta con 330 millones de jugadores el los 2,3 millones de equipos afiliados de forma directa o indirecta a la federación. Su impacto también se observa en sus territorios de influencia actuales. Europa y América han dado paso al mercado futbolero en África o Asia, donde cada vez son más los que irrumpen en el negocio, ahí está como ejemplo equipos como el Manchester City o el PSG dirigidos por jeques o el Inter de Milán dirigido por chinos, incluso con equipos más modestos como el Espanyol de Barcelona o el Valencia también en manos asiáticas.
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Según otro estudio el empleo es parte fundamental del negocio, ya que del fútbol derivan cada año más de 140.000 empleos a jornada completa de forma directa o indirecta. Hoteles, bares, restaurantes, construcción, etc. son algunos de los sectores que se ven influenciados de alguna forma por el negocio del fútbol.
Incluso la política de algunos países ha cambiado debido al impacto del deporte. Cómo ejemplo, el mundial de fútbol en 2014 fue seguido por más de 3,600 millones de personas por televisión. Cadenas cómo la americana Fox Sports pagó por los derechos más de 400 millones de dólares aún a riesgo de la eliminación del equipo nacional. China por su parte tiene como objetivo el próximo Mundial en Catar para así aspirar a organizar el de 2026 cómo parte de su política de estado.
A todo esto hay que sumar las fuertes inversiones que hacen los países para adaptar sus infraestructuras a las exigencias que requieren las competiciones. Sin ir más lejos para Catar 2022 se han construido estadios desde cero y se han generado millones de empleos para su construcción y adaptación.
No hay duda de que el mundo del fútbol ha cambiado la economía mundial para siempre.
