La Universidad de La Laguna ha puesto en marcha un programa de cribado para detectar posibles contagios y casos asintomáticos en su comunidad. Para ello, desde la pesada semana ha iniciado una campaña mediante la cual realizará 20.000 PCR a lo largo de 20 semanas, a razón de un millar cada siete días.
El proceso es voluntario, por lo que el alumnado, profesorado y personal de administración y servicios que desee acceder a este test deberá solicitarlo mediante un procedimiento abierto en la sede electrónica.
El sistema elegido para estas pruebas no se basa en el más habitual de recogida de muestras mediante un hisopo nasal, sino que basta una muestra de saliva. Su eficacia está contrastada, es menos engorrosa para los pacientes y permite analizar hasta cinco varias muestras: si el test sale negativo, significa que los cinco usuarios está libres del coronavirus; en caso de que se detecte la presencia del patógeno, entonces se haría una segunda prueba a cada una de las personas para concretar quién era la infectada.
La Universidad de La Laguna ha invertido algo más de 170.000 euros en estos kits de origen holandés, adquiridos a un distribuidor local. Las pruebas serán realizadas en el Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias, el cual ha sido validado desde el pasado mes de abril por el Instituto de Salud Carlos III como uno de los centros nacionales autorizados para hacer pruebas de covid-19, al contar con las instalaciones, material y personal especializado necesarios.
El procedimiento está diseñado para asegurar el anonimato de la persona en todo momento, ya que los datos de salud están especialmente protegidos por la legislación. Una vez el usuario se inscribe, pasa a formar parte de un listado de candidatos a hacerse el test, y cada semana un robot de software elegirá aleatoriamente al millar de individuos para esa semana.
Una particularidad del proceso es que quien resulte seleccionado no sale del listado una vez haya pasado la prueba y podría volver a ser invitado a realizar el test una o varias veces, lo cual es un modo de reforzar la seguridad comunitaria de la prueba, al hacer test múltiples aleatorios a la misma población.
Las personas elegidas recibirán en su móvil y correo electrónico una confirmación, un código alfanumérico que servirá para identificarlas durante todo el proceso y solo tendrá validez durante una semana, unas instrucciones sobre cómo realizar la muestra, y un enlace a la aplicación de cita previa.
El bote de muestras se recogerá en las porterías de las facultades y edificios de la institución y en los siete días siguientes a la recepción del mensaje, deberá solicitarse turno a través del enlace recibido para acudir a entregar su muestra en el Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias. Es importante recordar que sin pedir la cita no se podrá realizar esta entrega.
Cada bote recibido será etiquetado con el mismo código alfanumérico que recibió el usuario en su móvil, de tal modo que la muestra queda identificada sin revelar la identidad de quien la entrega. Una vez realizado el test, se asociará el resultado (positivo o negativo) a ese código alfanumérico, y se remitirá desde el instituto de vuelta a la Sede Electrónica.
Una vez ahí, de manera totalmente informatizada y sin participación humana, el código con su respectivo resultado será asociado otra vez con el nombre de la persona y, de manera automática, se realizará una comunicación doble del resultado: a la persona que solicitó el test, por un lado y a la Consejería de Sanidad, para que inicie el protocolo que sea preceptivo en caso de haber algún resultado negativo.
La idea de realizar estas pruebas surgió en agosto, por lo que la adquisición de materiales y puesta en marcha de las infraestructuras y procedimientos se ha logrado en menos de dos meses. La idea es que, si los fondos covid-19 del Gobierno de Canarias que reciba la universidad lo permiten, prolongar la campaña más allá de sus primeras 20 semanas.
El proyecto ha supuesto la implicación del Gabinete de Análisis y Planificación, que junto al Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias, probablemente ha sido la unidad más crítica en este proceso; el Servicio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones; el delegado de Protección de Datos; la Oficina Técnica; el Servicio de Cartería; el Servicio de Información y Orientación; el Servicio de Planificación Académica; la Secretaría General y el Gabinete de Comunicación, todos ellos bajo la coordinación del Vicerrectorado de Agenda Digital y Modernización y la Gerencia.