Ver a Luis en la oficina bancaria en que trabaja, tras la mampara, serio y pensativo o a veces chistoso, no da la idea de un hombre cosiendo a punto de cruz. Es difícil imaginarlo, teniendo ese trabajo, aunque es verdad que muchos artistas y escritores de la España del siglo XX compatibilizaron su labor artística con el trabajo en la banca pero este dato es casi para eruditos, no es fácil, no.
A Luis le gustan los loros y cuando su mujer estaba embarazada de su primer hijo, hace ya más de veinticuatro años, le estaba cosiendo a punto de cruz un loro a su marido y Luis le pidió que le enseñara… No Luis, como estoy y encima enseñarte, imposible, aprende tú…
Y Luis se puso y aprendió. Empezó por cosas pequeñas y poco a poco, coser se convirtió en una actividad relajante y liberadora de números, créditos y cotizaciones.
En el Viaje Interior III sorprendió a todos con su impresionante paisaje de Anaga y nos quedamos con los ojos como platos ante su obra.
El confinamiento lo cogió, por sorpresa y tuvo que cambiar sus hábitos y dar una vuelta de 180 grados a sus pensamientos. Se preocupó mucho, junto a su mujer, por su familia, por su hijo que estaba fuera pero en la medida que el tiempo pasó se fue tranquilizando. María Reyes, su mujer, se angustió más, por su hijo, su sobrina recién nacida que no podía conocer, por todo. Luis reconoce que el es más tranquilo, que tiene más pachorra. Reconocen que la pandemia les cambió la vida y en ciertos aspectos a mejor, no se veían mucho, cada uno con su trabajo y sus horarios y de repente, las 24 horas juntos.
Hablan de mayor unión, de más complicidad, más conocimiento, más amor.
Reyes siempre cosió lo necesario para la vida familiar y alguna otra cosa, ahora con Luis en casa todo el día y cosiendo casi con pasión ella empezó a crear su mundo de muñecos que se relacionaban unos con otros y montaban historias de fantasías y de compañías. Lo hizo con los materiales que fue recogiendo en su casa, “lo que había aquí y allá, hasta brazos con maicena hice. Los materiales que había, lo que tenía a mi alcance y salían los muñecos con vida propia”
Luis cambió los temas de coser. De los paisajes insulares o las figuras humanas pasó a intentar reflejar lo que estaba pasando…” Un bichito tan pequeño ha cambiado el mundo entero y no se sabe para cuanto tiempo, pensé en una guerra, en catástrofes naturales pero nunca en esto, nunca…”
Cosas de la vida y del coronavirus y sus efectos, una pareja que crea magníficas cosas sencillas y que ven reforzado su amor por este tiempo de temor y miseria.
(María Reyes y Luis Marrero son componentes del grupo de artistas del VIAJE INTERIOR IV)
Benjamín Trujillo.
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