‘Turismo sí pero siempre con la máxima protección’. Este podría ser el eslogan del decreto ley de medidas extraordinarias en materia turística para afrontar los efectos de la Covid-19 que aprobó el Ejecutivo regional este pasado jueves en Consejo de Gobierno. Proteger a los canarios y canarias de posibles nuevos contagios procedentes de otras zonas ha sido nuestro objetivo primordial en la elaboración de este documento, pues de nada sirve poner en marcha nuestro principal motor económico si ello conduce a nuevas olas de contagio.
En aras de garantizar la seguridad sanitaria, hemos diseñado un texto pionero en nuestro país, ya que somos la primera comunidad autónoma que promueve esta iniciativa que garantiza que todo viajero que llegue a las Islas, desde la Península o desde otros países, lo haga con un test debajo del brazo que certifique que no está contagiado del virus, una prueba que debe hacerse con 72 horas de antelación.
Ha tardado unos días pero un texto jurídico de este tipo, que conlleva la modificación de dos leyes importantes como es la de ordenación del turismo y la de actividades clasificadas, no es coser y cantar. Hemos tenido que buscar los elementos jurídicos oportunos para velar por la salud de los que llegan y proteger la salud de los lugares a los que llegan.
Mi participación en el consejo asesor para la elaboración del decreto me ha permitido conocer al detalle los entresijos que encierra este decreto y me siento satisfecho al poder decir que trae certidumbre y tranquilidad ante esta crisis global que nos mantiene en vilo. Cuenta con el apoyo de los representantes del sector, la patronal y las instituciones y lo que es más importante, es globalmente compartido por la sociedad canaria.
Nuestras Islas son todo un atractivo por sí mismas, gracias a sus paisajes, clima, belleza natural, su gastronomía y sus gentes pero todo esto se quedaría en agua de borrajas si comenzamos a salir en titulares por el aumento de nuevos casos. No podíamos permitirlo pero tampoco podíamos quedarnos de brazos cruzados y poner muros a la llegada de turistas, de lo contrario estaríamos abocados a la ruina del sector y con él, a la desesperación de muchas familias canarias.
Nuestro PIB sigue alimentándose del turismo y eso es algo que no debemos obviar. Si bien es cierto que en esta crisis sanitaria, económica y social, se evidencia, con más ímpetu si cabe, la necesidad de apostar por la tan ansiada diversificación de nuestros sectores económicos.
Tenemos 10 días desde la aprobación del decreto para que los turistas se hagan eco de esta medida, por lo que esperamos levantar el ánimo a otras comunidades para que sigan este ejemplo, pues estoy seguro de que será todo un revulsivo para nuestro turismo.
Las puertas a la llegada de turistas están abiertas, los establecimientos hoteleros lo tienen todo dispuesto, así que sólo nos resta darles la bienvenida pero eso sí, debemos hacerlo desde la cautela, con las máximas garantías en la seguridad sanitaria y cumpliendo nosotros con los protocolos establecidos en todos los ámbitos de la vida social.