La Gomera, como el conjunto del archipiélago canario, afronta un momento lleno de incertidumbres y desafíos. La crisis provocada por la COVID-19 ha cambiado nuestras vidas por completo, algunas truncándose definitivamente y otras afrontando con enorme preocupación la enfermedad y sus consecuencias económicas.
La pandemia ha revelado la fragilidad de Canarias y de La Gomera. Aunque el esfuerzo y la responsabilidad de la población ha conseguido que por ahora en la isla la incidencia del virus haya sido mínima, La Gomera ha sufrido como el resto unas devastadoras consecuencias económicas y sociales.
La crisis provocada por la COVID-19 ha agravado problemas estructurales nunca solucionados por quienes supuestamente se llenaban la boca “en defensa de La Gomera”. Un desprecio absoluto al sector primario, que va menguando año tras año, dejando zonas rurales abandonadas, perdiendo empleos familiares y la capacidad de producir lo que comemos.
Un modelo turístico de “parque temático”, basado en visitantes de un día, que lejos de ser sostenible y generar riqueza, degrada a La Gomera a “complemento” de Tenerife y no apuesta por ser un auténtico destino propio. Una política social que discrimina entre amigos y adversarios, que convierte derechos sociales en caridad y favores con los que trapichear. Planes de empleos diseñados con listas negras. Un medio ambiente cada vez más degradado, afectado por residuos ilegales ante los que no se actúa.
Ante un tiempo nuevo, resulta imprescindible un espacio político nuevo. Un espacio que debe venir cargado de iniciativas para sacar adelante nuestra isla. Un espacio de valores progresistas, basado en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, la justicia social, la lucha contra el caciquismo y cualquier otra forma de corrupción, la defensa de los derechos de las trabajadoras y los trabajadores, la lucha contra el cambio climático y la apuesta por un desarrollo sostenible que permita nuestro desarrollo humano y el de las próximas generaciones.
Un instrumento político propio, soberano e independiente, que sea capaz de defender en todos los ámbitos institucionales, políticos y sociales un cambio en positivo para La Gomera. Porque queremos construir una isla próspera, moderna y justa que tenga como prioridad el desarrollo económico, el empleo y la cohesión social. Un tiempo nuevo para construir una isla que cuide de su gente, de su medio ambiente y de su futuro.
En ese camino continuamos: por un tiempo nuevo