La Comisión General de las Comunidades Autónomas aprobó ayer una moción impulsada por el senador de la Agrupación Socialista Gomera (ASG), Fabián Chinea, y otros partidos del Grupo Parlamentario Mixto en la que se insta a la Cámara Alta a iniciar los trámites necesarios para transformar el Senado en auténtica Cámara de representación territorial.
La iniciativa –formulada por Unión del Pueblo Navarro (UPN), Partido Aragonés (PAR), Partido Regionalista de Cantabria (PRC), Agrupación Socialista Gomera (ASG) y Teruel Existe, todos ellos del Grupo Mixto– contó con 29 votos a favor (grupos Mixto, Socialista, Izquierda Confederal y Nacionalista), 26 votos en contra (grupos Popular, Vasco y Esquerra Republicana-Euskal Herria Bildu) y una abstención (Ciudadanos).
Textualmente, la moción insta al Senado a “iniciar, en el plazo de seis meses, los trámites precisos para abordar la reforma de la Cámara Alta con el fin de que asuma la función constitucionalmente reconocida como Cámara de las Comunidades Autónomas” y a que “en el plazo de un año, presente un informe que recoja a tal fin las modificaciones precisas tanto en el Reglamento de la Cámara como en la Constitución”.
En su exposición de motivos, y tras recordar los sucesivos intentos fallidos que se han venido realizando hasta la fecha para reformar el Senado, los grupos firmantes denuncian el escaso protagonismo que éste ha tenido durante la actual crisis sanitaria, y argumentan que no puede ocurrir lo mismo de cara al futuro, donde nuestro país tendrá que abordar retos como la crisis soberanista en Cataluña, la financiación autonómica y local, y la vertebración territorial, incluida “la revisión de criterios y políticas que den respuesta a la reclamación en pie de igualdad para la llamada España Vaciada”.
Chinea destacó durante su intervención que “la reforma del Senado es una constante en la inmensa mayoría de los programas electorales y en todas las declaraciones de intenciones de los senadores y senadoras que han formado parte de esta Cámara. Y la pregunta que todos nos planteamos, cuarenta años después, es cuál es el motivo por el que no se acomete una reforma que todos desean. Una pregunta sin respuesta porque ninguno de los dos actores principales de la democracia española, es decir, aquellos dos partidos que han tenido la oportunidad de hacerlo se niegan a reconocer su culpa y responsabilidad para acometer esta reforma”.
“Si el Senado fuese una auténtica cámara de representación territorial”, explicó Chinea, “su papel hubiese decisivo en la gestión de la actual pandemia del coronavirus, en la que el Estado y las Comunidades Autónomas han tenido que trabajar conjuntamente con incontables fricciones y discrepancias que han debatido en Conferencias de Presidentes a puerta cerrada y sin la participación de las fuerzas políticas”.
Chinea se refirió también al debate sobre el estado de las autonomías, que no se celebra en la Cámara Alta desde hace quince años: “el debate sobre el estado de las autonomías, que tendría que celebrarse anualmente, es otro síntoma de falta de voluntad política; y, cuando se ha celebrado, se ha utilizado más como un foro para la contienda partidista que como un lugar de encuentro y cooperación entre el Gobierno del Estado y los Gobiernos autonómicos”.
“Somos conscientes de que una reforma del Senado tendría costes: cuanto menos, haría el procedimiento legislativo más complejo y podría dar lugar a una Cámara menos confortable para el Gobierno que dificultaría la gobernabilidad. Pese a ello, merece la pena asumir estos costes si queremos que esta Cámara cumpla el papel que le asigna la Constitución. Y espero que esa ponencia, en el caso de aprobarse, dé los resultados que no se obtuvieron durante tantos intentos fallidos”, concluyó.