Tres jóvenes que estudian arte, Javier y Conchita, Bellas Artes y Lakis, Diseño. Javier Pardo nació en la isla, Conchita llegó con pocos días, sus padres ya vivían aquí y Lakis vino con trece años desde su Polonia natal.
Coinciden los tres en sus dificultades para adaptarse, para ser aceptados, para dejar de ser extraños. Esta coincidencia los unió más y además, la risa. En nuestra conversación señalan que ha sido el humor el cemento principal de su relación, lo que ha hecho más solida su complicidad.
Conchita habla de su infancia y su especial habilidad con las manualidades, que sorprendía a sus padres y que un día, le sorprendió a ella misma y pensó, pues sí, quizás pueda dedicarme a esto.
Javier también habla de cuando era muy chico y su imaginación. Siempre usándola para todo, era su principal recurso ante la vida.
Lakis nombra a su pasión por lo visual desde muy pequeño. Su interés por el cine y por las artes visuales. Le pregunto si tendrá que ver su país, Polonia y su gran tradición cinematográfica. Dice no ser un seguidor de los grandes clásicos del cine polaco, pero que sí, se veía mucho cine en Cracovia, por ser una ciudad grande e indudablemente, porque es un país donde el cine pesa muchísimo.
El arte está mal visto, no sirve para nada, no encontrarás trabajo, es solo cosa de hippies y perroflautas… Esto lo han estado oyendo muchos años. Sin embargo los tres hablan de la necesidad de la dignificación de los estudios artísticos, de que en la enseñanza cuando se hablaba de algún aspecto relacionado con el arte siempre se hacía de pasada, de manera marginal y sin profundizar.
Ellos resaltan, que los tres disfrutan con lo que hacen, con lo que estudian, que van descubriendo un mundo apasionante de desarrollo vital y de posibilidades laborales.
Lakis habla de una cita de William Morris acerca del arte y de lo artístico, “que se nota su existencia y su necesidad cuando falta…”
El confinamiento no fue nada fácil para ninguno, un horror, un freno, en los estudios y en la vida.
Trabajaron de manera conjunta en una obra para EL VIAJE INTERIOR. En palabras de ellos mismos, utilizamos una fotografía de Sebastiäo Salgado de un iceberg para documentar la multitud de catástrofes relacionadas con la situación actual, una doble metáfora, es inevitable que el iceberg se derrita y es una realidad que su mayor parte está oculta. Tomamos influencia del arte callejero y del grafiti, somos los más jóvenes, con Sinouhé, del proyecto y queríamos mostrar el contraste entre la calle y el confinamiento.
Están encantados de poder trabajar en este proyecto, nunca pensaron que en la isla habría tanta gente que trabajara con el arte y con tanta diversidad de temas y materiales. Reconocen que no son muy participativos con el resto del grupo por su estancia en La Laguna y que a veces “ nos da un poco de corte”.
Conchita está encantada con La Gomera y siempre loca por volver, con sus padres, con sus paisajes, con su hogar. A Javier también le gusta, nombra las excursiones con su familia al monte y su casa pero no se ve en el futuro viviendo aquí. Lakis habla del sentimiento de cárcel en una isla pequeña y de que añora y necesita el continente, La Gomera le parece maravillosa pero lo limita.
Apuestan con valentía por el arte. Alguien decía que a los violines había que tratarlos con ternura y decisión. Lo mismo les digo, a Conchita, Javier y Lakis.
( Lakis, Conchita y Javier son componentes del grupo de artistas del VIAJE INTERIOR IV )
Benjamín Trujillo.
Estamos en redes sociales:
https://www.facebook.com/El-viaje-interior-111119467291640