Viene a La Gomera desde hace muchos años, después de vivir en Alaska, Canadá, Estados Unidos, Méjico, Francia, Bélgica y otros muchos lugares.
Es estadounidense y músico de formación y profesión, guitarrista, compositor e interprete, especializado en la música barroca, con incursiones en la música de orígenes celtas y en la folk de tradición sajona o americana. Es el inventor y constructor de la guitarra de 19 cuerdas que utiliza en sus conciertos alrededor del mundo, la archiarpa-guitarra.
El primer confinamiento, el de marzo pasado, lo cogió en La Gomera y reconoce que a pesar de los temores y la incertidumbre por la enfermedad estaba encantado. Vivo en La Laja cerca del monte, en la pura naturaleza, estaba como al principio de conocer la isla, sin móvil, sin bajar al pueblo, con la colaboración absoluta de los vecinos, comiendo lo que teníamos plantado allí cerca y en conjunción total con la tierra.
Le habían regalado un tronco de olivo que un amigo le trajo desde Tecina y lo agradeció pero lo veía muy pesado para manejarlo. Con el encierro en su casa, lo puso en su mesa y comenzó a trabajarlo, rápidamente lo invadió el entusiasmo y la madera empezó a sugerir formas e inspiración.
En este tiempo combinó la escultura y la música, por primera vez se atrevió con los arreglos para una canción pop, le encantaba “Hijos de la luna” de Mecano y creó una versión para su guitarra, al mismo tiempo continuó con el barroco y el compositor Gaspar Sanz, del siglo XVII y su pieza “ Canarios”.
La madera, su transformación y la música suponen para James, el acercamiento o la iniciación hacia una realidad distinta o paralela, en la que la naturaleza y los seres humanos descubren sus auténticas energías.
“El mundo de fuera es muy confuso y a veces un poco violento, lo aguanto mal, me gusta vivir en un sitio más retirado, cuando voy al monte ahora siento con mayor fuerza a la naturaleza, a la energía, como si estuviera queriendo pesar más en los seres humanos, quizás como una compensación a lo que esta pasando, no sé, es difícil explicarlo pero lo siento así”.
Habla James de los distintos momentos que ha vivido con la música, estar en la cima y después la nada, de cómo han ido cambiando los distintos soportes, el disco de vinilo, los casetes, los cd y ahora internet, de cómo ha tenido que readaptarse pero que la música siempre será una bella y excelente manera de comunicarse y de transportarnos a mundos más personales de ilusión y fantasía.
Se siente un privilegiado viviendo donde vive y haciendo lo que hace. Viajará a Bélgica y Francia para grabar y para dar conciertos si la situación lo permite y tendrá su casa en lo más profundo de un barranco en La Gomera, en La Laja, paseará por el monte y recorrerá los senderos de la isla.
Lo hará sin miedos, sin estridencias ni prisas, solo contemplando y disfrutando de lo que ve y lo que siente.
( James Kline es componente del grupo de artistas del VIAJE INTERIOR IV )
Benjamín Trujillo.
FOTOS: EDUARDO CASTRO.
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