Un año después del primer caso de COVID-19 en España, detectado en nuestra isla, y la sociedad gomera, al igual que el resto de nuestro país, ha sufrido la mordida cruel de la incertidumbre: confinamiento, crisis económica y sanitaria, toque de queda, estado de alarma. Unos retos y unas circunstancias que hemos afrontamos con la certeza de que saldremos de esta sin dejar a nadie atrás.
Y aunque en nuestra memoria y nuestros sentimientos parezca que haya pasado una década completa de vicisitudes y desconcierto, solo ha pasado un año. 365 días frente a frente ante lo desconocido, ante un pequeño pero letal virus que vino para transformar nuestra forma de afrontar la vida y retorcer hasta lo indecible nuestro día a día.
Nuestros gobiernos, tanto en España como en Canarias, han luchado hasta la extenuación para que la Pandemia tuviera la menor repercusión posible en nuestra calidad de vida. Y esta batalla, que llevamos librando hace ya un año, empezó en nuestro sistema sanitario, con unos profesionales que con falta de medios y personal dieron, y siguen dando, lo mejor de sí mismos frente al COVID-19. Esta lucha en los hospitales tuvo su reflejo en el confinamiento, cuando la inmensa mayoría de nuestro país tuvo que parar su actividad habitual y todos a una rebajamos la tensión hospitalaria, las cifras de contagiados y la presión sobre las UCI´s porque era (y es), la única manera de frenar la propagación de este virus.
Y en esta batalla seguimos, porque no podemos doblegarnos ni rendirnos ante el virus. Bien es verdad que nuestra sociedad, nuestra forma de vida y nuestras relaciones interpersonales han sido alteradas. También nuestro estado del bienestar, nuestras empresas y también y especialmente nuestro motor económico: el turismo. Pero esta confrontación social contra el virus no debe decaer, no debe flaquear, ha de seguir hasta que retomemos una sociedad gomera lo más parecida posible a la inmediatamente anterior a la aparición del coronavirus.
En este periodo de transición los gobiernos donde los socialistas tenemos presencia en Canarias, han luchado y lucharán por una mayor inversión en la sanidad pública para disponer de conocimientos, material y más personal con los que afrontar el reto que aún tenemos por delante. Se refleja de este modo en el Presupuesto del Gobierno de canarias un incremento de un 5,21% respecto al presupuesto del 2020.
También plasmamos negro sobre blanco en los presupuestos de este año un incremento en el gasto social con 304 millones de euros más que el presupuesto anterior, necesario para que los sectores sociales más afectados por la pandemia, sufran lo menos posible.
Hablamos de más inversión en la educación, para que esto no suponga un parón en nuestras escuelas y universidades, adaptando las infraestructuras educativas a esta etapa transitoria que desemboque a la nueva normalidad.
Por supuesto, se trabaja en que el sector empresarial pueda mantenerse a flote en unas circunstancias muy difíciles para el tejido económico de nuestras islas, donde abundan la pequeña y mediana empresa. Fruto de esta preocupación ha sido presentado el plan autonómico de medidas extraordinarias de ayuda a los subsectores de la restauración, la hostelería, el comercio y empresas deportivas más afectadas por la pandemia del COVID-19 y las restricciones sanitarias aplicadas.
Este programa contempla un total de 400,8 millones de euros, que se suman a los 95,3 millones de aportaciones directas distribuidas desde marzo de 2020 por el Ejecutivo regional al transporte aéreo, marítimo, el sector agrícola, los autónomos, la cultura y otros ámbitos productivos.
Nuestra preocupación se centra indiscutiblemente en que la campaña de vacunación ayude a conseguir un 70% de población inmunizada en verano, en nuestro país, en nuestra Comunidad Autónoma, una vacunación que permita crear un muro resistente contra el virus, y suponga el resurgir de la normalidad en nuestras vidas.
Para ello estamos desde el PSOE atento a que las farmacéuticas cumplan con sus contratos con los ciudadanos europeos, que han puesto dinero público de los impuestos de todos para conseguir las diferentes vacunas en un tiempo récord de 9 meses. Para comparar, la materialización de la vacuna del ébola tardó 5 años solo trabajando las farmacéuticas. El sector público ha demostrado ser esencial en esta lucha.
Nuestra preocupación es que nadie se quede atrás, que ningún ciudadano o ciudadana de Canarias se quede sin ser ayudado si sus circunstancias debido a esta crisis, tornan en pobreza de cualquier tipo y ámbito, ya sea sanitaria, social y económica. Los socialistas desde los diferentes ámbitos de gobierno, siempre hemos mantenido, y en ello nos reafirmamos más que nunca, que juntos saldremos de esta crisis global. Nos queda realizar aún diferentes esfuerzos en esta lucha, y para ello es imprescindible la voluntad de todas y todos.