La belleza natural de las ocho islas, sus impresionantes paisajes, su singular cultura, su exquisita gastronomía, su gente amable y hospitalaria, y por supuesto, su clima incomparable, suscitan los desvelos y suspiros de muchos que sueñan con pasar su periodo estival en esta tierra, que por este sinfín de bondades es conocida como Las Afortunadas.
Son cualidades que lamentablemente han quedado relegadas a un segundo plano a causa del dichoso virus que llegó a nuestras vidas hace ya poco más de un año, poniendo patas arriba todo lo que habíamos construido con mucho esfuerzo, como si de un tsunami se tratara. Este escenario de incertidumbre nos obliga a luchar y a reinventarnos. Las crisis, independientemente de la índole que sean, se pueden convertir en nuevas oportunidades, ya que son en estos duros momentos en los que aflora la creatividad, fruto del afán de supervivencia del ser humano.
Por ello, Canarias no puede ser un mero espectador del cero turístico, no podemos asistir a nuestro propio entierro, víctimas de nuestro conformismo. Y en ese afán por buscar los mecanismos que nos proporcionen algo de oxígeno para salir a flote, nace la posibilidad de que las Islas se conviertan en “corredores verdes”, allanando la entrada a los turistas vacunados o recuperados de la Covid-19. Los miles de visitantes que anhelan pasar unos días inolvidables en nuestras Islas podrán hacerlo sin la necesidad de presentar los resultados negativos de la prueba PCR, algo que para muchos se convierte en un escollo a la hora de decidir emprender un viaje.
Con esta iniciativa, que ya hemos trasladado desde nuestro grupo parlamentario ASG a la consejera de Turismo del Gobierno de Canarias, Yaiza Castilla, pretendemos adelantarnos a los acontecimientos venideros y avanzar en la recuperación económica de nuestro tejido productivo. La vacuna, y con ella la inmunidad, está de camino, pero mientras no lleguemos al objetivo de alcanzar el 70% de vacunados, no podemos paralizar nuestras vidas y por supuesto, nuestra economía.
Que Canarias inserte este programa piloto es un paso importante para volver a situarnos en el mapa turístico mundial, además de que ello contribuirá a la creación de un protocolo que sirva de referencia para una futura implantación a nivel nacional. Eso sí, debemos abordar y afianzar esta realidad cumpliendo con todas las garantías sanitarias, para que podamos lucir con orgullo nuestra etiqueta dorada en materia de seguridad turística.
Y en este objetivo, La Gomera se configura como el lugar idóneo para comenzar la implantación de esta iniciativa, situándose como el primer destino español en contar con un corredor verde. Los bajos índices de contagio que ha tenido la Isla en los últimos meses, que incluso han permitido que pudiera colgar el cartel “libre de Covid”, propician la puesta en marcha de este protocolo, que sin duda reavivará el entusiasmo por viajar.
Esta propuesta, en la que también trabaja Madeira, requiere de la sensibilidad del Estado y Europa para que no acabe siendo papel mojado. Son numerosas las veces que le hemos pedido a la ministra Reyes Maroto un plan especial que atienda a nuestra realidad y necesidades, ya que nuestra especial dependencia del turismo ha debilitado todo nuestro sector productivo, lo que ha motivado una sangría en nuestro PIB de 11.000 millones de euros. Si bien, hasta ahora el Estado no ha entendido la importancia de este plan, es cierto que podemos vislumbrar algo de luz en este oscuro túnel a raíz del anuncio realizado esta semana por la ministra de Hacienda para no dejar solas a las empresas más castigadas y contribuir con un paquete de medidas que se suman a las ayudas que inyectará el Gobierno canario.
Como he dicho en incontables ocasiones, este virus no entiende de colores políticos, ni de egos partidistas, por lo que la unión y el trabajo coordinado de las administraciones públicas a todos los niveles es crucial para no caer rendidos ante la desesperación y la incertidumbre. Este proyecto piloto nace con el firme propósito de estimular nuestros alicaídos bolsillos, por lo que pedimos al Estado y a Europa que no nos pongan piedras en el camino, si no que contribuyan a desbrozar este llamado “corredor verde” para que los turistas decidan volver a Canarias.