Pertenezco a una generación que salió del instituto en plena crisis y de la universidad en plena pandemia. Una generación que se formó en idiomas, Formación Profesional, Universidad… porque desde pequeños nos enseñaron nuestros abuelos y padres que había que estudiar para el día de mañana tener un trabajo menos esclavo que el suyo. Les hicimos caso y sin embargo en nuestra isla, lejos de encontrar un hogar al que volver, nos encontramos un panorama desolador: sin oportunidades laborales, ni empleo público, ni siquiera apoyo para emprender.
Una causa del problema se debe a un mercado de trabajo dual, que desde las reformas laborales de los años ochenta, ha contribuido a precarizar y dificultar el acceso de los jóvenes al trabajo, mientras se alargaban las edades de jubilación. Para evitar más pensionistas, se impedía el acceso de los jóvenes al mercado laboral. Esta receta neoliberal no solo se ha demostrado insostenible socialmente sino también económica y demográficamente.
Otra causa del problema, y ya aterrizando en nuestra isla, son las políticas que impulsa el Cabildo de La Gomera, que expulsan a la juventud gomera de forma sistemática. A la escasa aplicación del Sistema de Garantía Juvenil en nuestra isla, se suman años sin convocar procedimientos selectivos para empleo público o ninguna iniciativa para el apoyo al emprendimiento de los más jóvenes, especialmente en sectores que sufren abandono y la pérdida del traspaso intergeneracional (sector primario, artesanal…). Mientras tanto, seguimos formando un capital humano enormemente valioso que desarrolla sus talentos y capacidades en las economías de Tenerife, Gran Canaria… o fuera del Archipiélago.
Este talento se da en nuestra isla a pesar de la ASG de Curbelo y sus malas decisiones, la última de ellas ha sido eliminar las ayudas para el curso 2020/2021 de quienes estudian en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). En la última sesión plenaria ordinaria del Cabildo, el presidente Curbelo tachó poco menos que de privilegiados a los estudiantes de la UNED en nuestra isla y dijo que por eso no iban a recibir ayuda de la institución. Hay que andar muy desconectado de la realidad para no entender el enorme servicio público que supone la UNED y lo difícil que es estudiar a distancia. Una universidad pública estatal que se ha convertido la tabla de salvación de muchas personas que no pueden irse fuera a cursar estudios presenciales, en plena pandemia, por muchas razones: laborales, económicas, familiares…
Lo digo con el conocimiento de ser un estudiante de la UNED, que además nunca ha pedido ninguna ayuda al Cabildo de La Gomera por cursar esos estudios. Sin embargo, no deja de resultar lamentable que Curbelo tache de privilegiados a quienes cursan estudios en la única universidad pública con sede en nuestra isla y, por tanto, aquella con mayor probabilidad de que su formación y conocimiento repercutan en mejorar nuestro capital humano y la economía gomera. Si los estudiantes que cursan estudios presenciales fuera de La Gomera requieren más apoyo de la institución insular, la política debe ser incrementar y mejorar las ayudas hacia ellos, no eliminar las ayudas que existían para quienes estudian a distancia.