El término “vaciada” parece que está de moda. Una prestigiosa cadena de comunicación radiofónica nacional realiza jornadas sobre la España vaciada, universidades y foros económicos disertan sobre lo mismo…En los últimos comicios nacionales, una representación por Teruel lograba alzarse a la tarima nacional aglutinando la fuerza popular de una provincia olvidada y semidespoblada, que lucha por no quedar sumergido en las aguas del olvido. Parece que hay una España que se agobia por su densidad poblacional y otra que lo hace por estar justamente, en la posición opuesta.
Esto sucede en el marco nacional, pero, en Canarias, y en La Gomera, este problema de la despoblación nunca ha dejado de existir, aunque para los dirigentes de gobiernos regionales, insulares y locales, sea una circunstancia vista más como pintoresca y coyuntural que estructural, lo cual, desde nuestro punto de vista, es un grave error.
Sin ir más lejos, y acercándonos a nuestra isla, un periódico digital insular se hacía eco de una serie magnífica del Centro de Estudios Oroja, de gran calidad investigadora sobre la Gomera vaciada. Un certero estudio sobre un problema eje en nuestra isla y que afecta gravemente a nuestro equilibrio territorial y, por ende, a La Gomera en todos sus ámbitos, económico, cultural y social.
En La Gomera no ha existido una política adaptada a nuestras particularidades en relación al estudio, planificación, puesta en marcha y desarrollo de un plan específico que se centre, resuelva o minimice este problema de forma seria y continuada con vistas quizás, no de resolverlo de forma definitiva, pero sí de adaptarlo a modo de molde de nuestras especificidades para devolverle a la isla su sello e identidad.
Es evidente que aquellas políticas y medidas que se han puesto en marcha, no han dado resultados positivos o, al menos, no los esperados, en cuanto a reactivación económica o poblacional de esos núcleos, en los que se centraron las medidas de reactivación, consistentes, en su mayoría, en basar la reactivación de las zonas con macroinfraestructuras que luego, no han sabido ni se han podido gestionar con solvencia.
Está en nuestra memoria el Centro de Talasoterapia de Hermigua, el Jardín Botánico o el Parque Marítimo de Vallehermoso, o el Mirador del Palmarejo y el de Juan Rejón, ente otras. Pero, ¿qué hay del empleo, de la sanidad y de los servicios en esos lugares, de la reactivación con energías sostenibles, de la escuela, de la cultura patrimonial, del cuidado de las construcciones arquitectónicas tradicionales canarias, entre otras carencias?
Desde luego que hay que mirar al pasado y a la Historia insular para dar sentido y encontrar las causas de este despoblamiento. Nuestros antepasados vivieron con mucha dureza y sacrificio personal una época en el tiempo que no les dio oportunidades más que el malvivir, lo que les hizo emigrar o pasar serias dificultades para sacar adelante sus vidas. De hecho, los censos poblacionales del Sur de la isla de Tenerife o de los municipios de San Sebastián, de Valle Gran Rey o de Alajeró atestiguan, con el crecimiento de sus barrios y periferias, este éxodo de vecindad que se “mudaba” de pueblo huyendo de la dureza del campo o del ganado.
Pero, como contrapartida a esta emigración, los que se quedaron aquí nos iluminaron con su inteligente adaptación al medio: las terrazas para aprovechamiento del complicado espacio, los pequeños ganados que producen quesos pequeños pero de excelente calidad ahumado con brezos y leña aromática del lugar, política de aljibes en cada hogar para aprovechar y recoger el agua, molinos de agua para aprovechar la fuerza del viento, el cultivo de cereales en la zona del sureste de la isla aprovechando las condiciones de suelo, paredes de piedra para adaptarse al material del medio sin destrozar el entorno…¿Qué ha sido de sus sabios inventos para el acontecer diario? ¿Dónde está el desarrollo de un sector primario que nos puede autoabastecer como isla y, de paso, mantener nuestro paisaje y nuestra esencia insular? ¿Dónde queda la artesanía y la herencia de las manos artesanas?
Las dificultades no deben ser óbice ni excusa para que las autoridades insulares no den pasos serios y no sólo propagandísticos para frenar y cambiar la dirección de este indicador.
Desde el ámbito insular, el PSOE apuesta por la diversificación económica y que este término no sea sólo una intención plasmada en una intención, en otro proyecto más subvencionado sin vistas de futuro, en un titular. En el pleno de presupuestos, ya insistimos en esa necesidad; con las enmiendas presentadas para el apoyo del sector pesquero – rechazadas con la sinrazón del Grupo de ASG y de su Presidente – estudiamos de forma seria las subvenciones para el sector de acuerdo a sus necesidades reales, y las aportaciones realizadas por nuestro Grupo Político en el Cabildo para remar en la construcción del Reglamento de la Reserva de La Biosfera de La Gomera, entre otras actuaciones, es nuestro paso firme y serio porque nuestra isla luche por su equilibrio.
A nuestros antepasados les agradecemos su herencia, a quien gobierna esta isla desde hace treinta años y al resto de gobiernos locales pedimos esfuerzos por volver a llenar esta isla de proyectos de futuro y no de “pan para hoy y hambre para mañana”. Eso ya lo hemos tenido y lo tenemos. No hay más que conocer nuestra historia pasada, presente e inmediata para constatarlo, no hay más que caminar nuestros pueblos y caseríos vacíos y en ruinas para verlo. Entonces, de pronto la conciencia te lo grita con desesperación y te vuelve el verso del poeta desengañado, “Miré los muros de la patria mía/si un tiempo fuertes, ya desmoronados”.
Mª Inmaculada Rodríguez Fernández
Consejera portavoz del PSOE en el Cabildo de La Gomera