Viajar no sólo consiste en subirse a un avión y trasladarse al lugar de destino. Antes de ello, es preciso planificar cada detalle a fin de asegurar todo cuanto sea necesario. Desde la solicitud de un visado electrónico hasta algunos trucos para ahorrar un importante dinero.
Encontrándonos al otro lado del globo
El afán por redescubrir la apasionante diversidad que coexiste en el planeta, des del primerísimo plano cultural hasta el meramente paisajístico, es uno de los principales resortes que activan nuestra ansia por viajar. El turismo, por tanto, no sólo constituye un pasatiempo vacacional mediante el que huir de la zona de tensión natal y abordar un lugar des del que mirarlo todo con perspectiva. Más allá de ello, se trata de un momento de conexión con nosotros mismos.
Ahora bien, para alcanzar el sueño, primero debemos dotarnos de un arsenal adaptable a todo tipo de viajero cuyos básicos recursos sostengan nuestra aventura. Porque, cuando viajamos, chapurrear un poco el idioma local sirve tanto como mantener a buen recaudo nuestras pertenencias, donde se incluye también el papeleo turístico. En ese sentido, recordando que para viajar a algunos países es preciso contar con un visado. Un documento imprescindible y cuya obtención en formato digital lo permiten páginas como VisaTurismo.es. Eso sí, teniendo siempre en cuenta de que la mejor organización es aquella que prevé cualquier expectativa y también realidad.
La antelación, clave para reducir el coste de un viaje
La falta de organización para un viaje nunca tiene excusa. De hecho, y tras este largo tiempo de confinamiento e inactividad propiciado por la ya remitente pandemia de la Covid-19, el tiempo para planear el futuro ha sido, más que un lujo, un excedente en nuestro día a día. Si bien, por una parte, es preciso alimentar el sueño y las ganas con una recopilación de todos aquellos lugares donde queremos viajar, la razón y la agudez también deben regir cada uno de nuestros pasos. Dado que actuar con sobrada antelación nos permitirá gozar de ventajas de las que los viajeros de última hora jamás podrán disfrutar.
Tomando ejemplo de ello, y como prueba de una buena planificación hurgando ya en la mejor aerolínea, es de sabiduría popular que los billetes de avión a largo plazo suelen ser más asequibles. Es decir, que resulta más plausible económicamente comprar los billetes a al menos un año vista para ahorrar una importante cantidad de dinero. Asimismo, otra opción más arriesgada es la de adquirir el billete de un pasajero que canceló su vuelo.
Asimismo, cabe reincidir en la importancia de solicitar una visa de viaje, sea por motivos de placer o de trabajo, para no toparnos con ningún problema de acceso al país. Como se recuerda en la mencionada web VisaTurismo.es, dejando claro que este documento está reservado a ciertos países en concreto, por lo que no siempre nos será obligatorio. Pero, en caso de serlo, pudiendo solicitar su tramitación de forma fácil, cómoda y online mediante el portal adecuado.
Alojarse y comer siendo un turista, pero sin parecerlo
Un hecho que debemos tener en cuenta es que reservar habitación en un hotel caro no vale la pena si pasaremos los días fuera del mismo, recorriendo la ciudad o las sendas naturales del lugar limitando la estancia hotelera a la pernoctación. Para dicho tipo de viajes, resulta más idóneo buscar una pensión barata o, si se nos da la oportunidad, y como guinda de una buena inmersión cultural, alquilar habitación a un autóctono. Una actividad cada vez más popularizada, especialmente entre los jóvenes y opción presente en múltiples plataformas de reserva, y que, además de reducir los costes del viaje, nos permitirá abordar la cultura como nunca antes.
En relación a ello, la cartera de algunos turistas suele vaciarse en un santiamén a causa de la elección alimentaria. Para evitarlo, una buena recomendación es alejarse de los restaurantes turísticos y acercarse a los puestos locales. Además de comer mejor, ya que encontraremos una carta centrada exclusivamente en los platos típicos sin modificaciones para occidentalizar un sabor exótico, el precio será ridículamente bajo en función del valor de la moneda del país que visitamos. Una oportunidad para conectar con la esencia del lugar de destino.
Seguridad, conectividad y papeleo
A fin de recorrer el país con precisión y sin paradas en lugares que, pese a la importancia que deposite en ellos cualquier agencia, poco guardan de interés para nosotros, resulta ideal hacerse con un guía local. Si bien su sueldo también se costeará mediante comisiones que percibirá por llevarnos a negocios concretos con cuyos propietarios ha establecido un pacto, un buen guía local nos acercará a la cultura y los valores locales como el resto de guías jamás podrán. Antes de ello, investigando acerca de otras experiencias con el mismo, dado que en ciertos países dicho servicio no está siempre exento de la estafa e incluso el robo.
Finalmente, recordar otras cuestiones que acostumbran a acontecerse de última hora y que, en buena medida, pueden comprometer la fluidez de nuestro viaje. Como, por ejemplo, la conexión de nuestro teléfono móvil, a tener en cuenta según el lugar de destino para seguir en contacto con amigos y familiares, o, retomando el punto inicial, la solicitud del visado electrónico. Indispensable para viajar a aquellos países que lo requieren y que podemos solicitar cómodamente a través de Internet. Para el resto, simplemente ir con cuidado y disfrutar al máximo de nuestro viaje.