Desde la llegada de la pandemia a nuestro país, los españoles nos hemos concienciado más que nunca acerca de la importancia que tiene el mantener unos hábitos de vida saludables. La preocupación que sienten los padres de un recién nacido por la salud de su retoño, sin embargo, se trata de algo completamente diferente. Una de las preguntas que más suelen hacerse en estas circunstancias está relacionada con el impacto que el uso de leches de fórmula tendrá en sus hijo. A continuación vamos a aclararte todo lo que debes saber sobre el uso de leche de fórmula, incluyendo beneficios y desventajas.
Todo lo que debe saber acerca de la leche de fórmula
Tanto la Organización Mundial de la Salud como la Asociación Española de Pediatría están de acuerdo en que la leche materna es la opción más recomendable para alimentar a los bebés. A pesar de este hecho tan difundido, existen diversos casos en los que no es posible alimentar al niño con esta leche. Ya sea porque el recién nacido sea prematuro y tenga un reflejo de succión débil que impida el proceso de lactancia, la madre tenga que reincorporarse al trabajo, la lactancia sea extremadamente dolorosa para la madre o cualquier otro tipo de problema de salud, existen situaciones en los que la leche de fórmula se trata de la mejor alternativa disponible con la que asegurar la alimentación del bebé.
Contenido nutricional de la leche de fórmula y de la leche materna
La leche de fórmula que se obtendría a partir de botes que podemos encontrar en el mercado, como por ejemplo el de Leche Blemil optimum 1, contendrían:
- Vitaminas y minerales tanto de origen vegetal como animal
- Probióticos
- Azúcares como la lactosa, sirope de maíz, fructosa o maltodextrina
- Un par de enzimas y aminoácidos
- Aceites vegetales (aceite de palma, de coco, girasol, soja… entre otros)
- Ácidos grasos, procedentes en la mayoría de casos del aceite de pescado
El contenido de la leche materna, adaptado al crecimiento de un bebé humano, se conforma de:
- Anticuerpos que protegen contra las enfermedades
- Glóbulos blancos que otorgan resistencia contra infecciones
- Oligosacáridos que ayudan a mantener un intestino sano
- Enzimas que ayudan al sistema digestivo e inmunitario
- Nucleótidos y hormonas que permiten el desarrollo de patrones de sueño saludables
- Citoblastos que contribuyen al desarrollo y reparación de los órganos
- Bacterias que protegen el sistema digestivo
- Ácidos grasos que contribuyen al desarrollo del cerebro y el sistema nervioso del bebé
- Hormonas que ayudan a formar vínculos y a regular el apetito
Como podemos observar, la leche materna contiene muchos más componentes fundamentales para el desarrollo del bebé que la leche de fórmula. Esto se debe a que este tipo de leche ha evolucionado, junto con el ser humano, durante millones de años para dar lugar al alimento perfecto que reune todos los nutrientes necesarios para el correcto desarrollo de un bebé. Por el contrario, la leche de fórmula suele estar hecha a partir de leche de vaca, cuyo consumo por parte de los bebés humanos no es seguro. Es por ello que se somete a un procesamiento intenso que permita facilitar su ingestión y obtener parte de los nutrientes que el retoño necesita para crecer.
Leche de fórmula adaptada a las fases de crecimiento del bebé
Podemos encontrar en el mercado un total de cuatro tipos diferentes de leche de fórmula, cuyo uso viene determinado por la fase de crecimiento que esté experimentando el bebé:
- Leche de fórmula de inicio: de composición muy similar a la de origen materna, este tipo de leche debe ser consumida por el bebé durante sus primeros 6 meses de vida. Compuesta por una base de leche de vaca de estructura modificada, con menos proteínas, más vitaminas y minerales y reemplazando la grasa natural por grasa de origen vegetal.
- Leche de fórmula de continuación: consigue aportar el 50% de los requerimientos nutricionales de los bebés entre los 6 meses de vida y el primer año. Composición nutricional bastante completa que incorpora los nutrientes de la leche de vaca o de cabra, así como vitaminas y minerales enfocados a estimular el desarrollo del bebé.
- Leche de fórmula de crecimiento: similar al de la leche de continuación, pero con muchas más vitaminas y minerales que permiten estimular el crecimiento de los niños. Un complemento ideal para la alimentación del niño, cuyo consumo se recomienda desde el primer año de vida hasta los 3 años.
- Leche de fórmula especial: diseñadas para compensar problemas de absorción, digestión y metabolización que puedan padecer algunos niños durante sus primeros meses o años de vida. Leche sin lactosa, antiestreñimiento, leche para recién nacidos y prematuros con bajo peso… entre otros.
Si bien es cierto que la leche materna sigue siendo la mejor opción a la que puede optar para alimentar a su bebé, los avances tecnológicos han conseguido fabricar sustitutos bastante aceptables que, bajo circunstancias en las que no quede alternativa, pueden servir para alimentar al bebé. Como garantía de su rendimiento, dispone en el mercado de diferentes opciones enfocadas a cada una de las etapas de crecimiento del niño que aseguran que este recibe, en cada momento, los nutrientes que necesita para su correcto desarrollo. De modo que, si la situación lo requiere, no dude en utilizar leche de fórmula para alimentar a su hijo/a.