La directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, María José Blanco, ha dicho a Efe que hay que tener en cuenta que no todas las inyecciones de material magmático, como está ocurriendo en La Palma, tienen que acabar en erupción en superficie, y de hecho la mayoría no la alcanza.
María José Blanco ha indicado asimismo que el aumento de la deformación del terreno de 1,5 centímetros desde el lunes hasta los 6 centímetros de este miércoles da a entender que se trata de un proceso con una dinámica muy rápida, que es bastante energético.
De hecho, ha añadido que los terremotos se producen con una frecuencia muy alta y son de magnitudes más altas que los que hubo en El Hierro, y además se está produciendo una migración de los sismos hacia superficie.
La diferencia del actual enjambre de movimientos sísmicos con respecto a los siete anteriores que se han producido desde octubre de 2017 es que ahora tiene una frecuencia de ocurrencia de terremotos más alta, se producen a profundidades bastante menores, en torno a 8-10 kilómetros, cuando antes eran a 20, y además se produce una deformación que no se constató con anterioridad.
También ha destacado María José Blanco que desde la madrugada de este miércoles ha aparecido una sismicidad de muy baja magnitud, pero superficial, lo que es una fase nueva del proceso que tiene una dinámica muy rápida y energética.
La directora del IGN en Canarias ha subrayado que es preciso tener en cuenta que no todas las inyecciones de material magmático tienen que acabar en erupción en superficie, y de hecho la mayoría no la alcanza.
La deformación de 6 centímetros no es indicativa de erupción, y no hay una cifra para establecer ese punto, ya que la salida depende de la rigidez del terreno, que no es constante en la corteza terrestre.
Por esta razón, María José Blanco ha insistido en que no se sabe qué puede ocurrir, y por ello se sugiere mantener el semáforo en color amarillo para que haya frecuentes reuniones del comité científico y hacer un seguimiento continuo de la situación.
Hay muchas incógnitas y no se dispone del conocimiento del estado real del proceso como para poder decir que una cosa sea posible en un periodo de tiempo determinado, ha comentado María José Blanco, quien ha asegurado que lo que se puede decir es que en La Palma es seguro que habrá una erupción volcánica.
La Palma es un sistema volcánico activo en el que ha habido erupciones y no tiene por qué dejar de tenerlas, pero no se puede establece un plazo, ha concluido.