La portavoz del comité científico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Carmen López, afirmó ayer que no hay datos científicos que indiquen que a corto plazo va a acabar la erupción del volcán de Cumbre Vieja, en La Palma.
Carmen López y el director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, informaron en rueda de prensa de la evolución de la erupción volcánica e insistieron en que el volcán tiene «cambios de intensidad muy habituales», por lo que, de momento, no se puede descartar que haya sismos sentidos e intensos.
Todavía hay deformaciones, aunque han revertido, lo que demuestra que hay una dinámica eruptiva que está mostrando su intensidad, destacó la directora científica del Pevolca, quien no descartó que pueda haber emisiones de lava mayores que las que se producen en estos momentos.
Respecto a las deformaciones precisó que cerca de Jedey se ha registrado un episodio de deformación local vertical de al menos 9 centímetros que ya ha comenzado su reversión, mientras que en las estaciones más alejadas del cono principal hay una ligera deflación.
No obstante, indicó que se ha reducido la sismicidad, si bien esta reducción «de un día para otro no debe hacer pensar en nada a corto plazo», pues es preciso esperar para comprobar «si estas tendencias son consistentes» y «robustas».
La sismicidad continúa en las mismas áreas y profundidades y la magnitud máxima en las últimas horas fue 4 a 11 kilómetros, mientras que el nivel de tremor volcánico sigue bajo, como el viernes.
Otra de las buenas noticias es que las coladas de lava siguen sin afectar nuevas zonas en las últimas horas y continúan ocupando el sector central de la superficie afectada, agregó. Las lavas transcurren hacia el noroeste, y aunque rebosan puntualmente algunos de los tubos y canales volcánicos preexistentes, no afectan a nueva superficie.
Comentó que ayer fueron visibles depósitos de azufre en la cara norte del cono principal, fenómeno que ya se había producido en ocasiones anteriores tanto en el cono como en las lavas.
Sobre la meteorología, señaló que es favorable para que la nube de ceniza y dióxido de azufre se desplace hacia el suroeste del foco eruptivo, lo que es positivo para la operatividad del aeropuerto de La Palma. Además, añadió, la intensificación de los vientos alisios favorecen la operatividad aérea en la isla.
Sin embargo, la atmósfera al suroeste del penacho fue ayer «poco respirable», por lo que se cerraron los accesos a la retirada de enseres y limpieza a la zona que se ubica al sur de la erupción. La emisión de dióxido de azufre asociada al penacho alcanzó las 26.000 toneladas diarias ayer, lo que implica una tendencia descendente.
En relación a las partículas inferiores a 10 micras ha detallado que ayer se mantuvieron en niveles muy desfavorables en cuanto a la calidad del aire en Los Llanos de Aridane, por lo que es recomendable utilizar mascarilla FFP2 en las salidas al exterior.
Morcuende señaló que es relevante que se haya reducido la sismicidad tanto a niveles intermedios como profundos y añadió que la emisión de dióxido de azufre «sigue siendo alta, muy elevada». También hizo hincapié en que el mayor aporte de lava se produce en la zona central, en la colada primigenia, y que el avance de las lavas es «prácticamente igual que el viernes».
Las personas albergadas son 465, una menos que el día anterior, de ellas 398 están en un hotel de Fuencaliente y 67 en otro de Los Llanos de Aridane.
Morcuende pidió precaución a las personas que circulan por la zona de Tajuya y apuntó que en principio los problemas de tráfico se dan los fines de semana. Sobre la limpieza de ceniza, apostilló que hay varias empresas de limpieza trabajando, si bien pronto se incorporará maquinaria específica de aspiración para zonas urbanas.