Con el paso del tiempo, el mercado de las criptomonedas evoluciona para adaptarse a las demandas de los usuarios, quienes no solo buscan protocolos renovados que disminuyan los costos de operaciones y la velocidad de las transacciones, sino que además brinden nuevos usos a la tecnología.
El staking es una de las tendencias que no solo estaría mejorando la experiencia de los usuarios, sino que además estaría creando un ecosistema repleto de oportunidades para desarrolladores, empresarios e inversionistas.
Pero, ¿qué es el staking?
Para comprender el staking, primero es necesario entender cómo funciona la validación de transacciones en las Blockchain. Actualmente existen los algoritmos de Prueba de Trabajo (PoW) y los protocolos de Prueba de Participación (PoW), consensos de validación de operaciones que se adaptan a distintas necesidades.
Mientras que las plataformas que funcionen bajo PoW requieren del proceso de minado para validar transacciones (otorgando criptomonedas en forma de recompensa), las que funcionen a través de PoW lo hacen a través del proceso de staking, que podría definirse como una suerte de fondo de garantía dentro de la Blockchain.
Los productos de inversión tradicional, como pueden serlo los fondos mutuales de entidades como ProShares y Valkyrie, y contratos por diferencia de servicios como bitcoin hack, utilizan principalmente activos “minados”. Por su parte, la forma más común de comerciar con activos validados mediante PoS es mediante plataformas de exchange.
¿Cómo funciona el staking?
El staking hace referencia al bloqueo de cripto activos con el objetivo de ayudar a la plataforma a alcanzar consenso, validando transacciones y añadiendo nuevos bloques a la cadena. Como lo mencionamos previamente, en esencia, el staking propone que utilicemos nuestros activos como un fondo de garantía.
Los activos permanecerán bloqueados por un periodo de tiempo, que puede ser predeterminado o indeterminado según la Blockchain.
¿Cuál es el beneficio? Al prestar nuestros activos para permitir la validación de transacciones, los inversionistas reciben «intereses» de entre 5% y 20% de nuestro portafolio en forma de recompensa. Estos intereses suelen ser nuevas criptomonedas, pero variarán según la Blockchain y la plataforma a través de la que hagamos el staking.
Una alternativa sostenible
Uno de los grandes beneficios de este protocolo es que no se requiere de grandes cantidades de energía para validar transacciones, algo que sí ocurre con las criptomonedas “minables”. En años recientes, las Blockchain que requieren minería se han vuelto un verdadero problema para el medio ambiente, incrementando significativamente la emisión de dióxido de carbono.
Gracias a que la generación de criptomonedas se da de manera completamente digital en las Blockchain que utilizan protocolos PoS, los inversionistas pueden incrementar sus ingresos de forma estable sin contribuir con la destrucción del planeta.
¿El futuro de las criptomonedas?
La minería de criptomonedas se ha mantenido como el estándar del mercado desde hace más de una década, sin embargo, las desventajas del modelo podrían hacer que comience a desaparecer en los próximos años. El consumo ya no solo sería una preocupación para los ambientalistas, sino también para los departamentos energéticos del mundo.
Mientras que regiones como Europa estarían planificando crear restricciones importantes para la minería, países como China han optado por prohibir completamente cualquier actividad relacionada al mercado de las criptomonedas.