Mientras La Liga llega al último tramo de la temporada 2001-2022, Barcelona puede sentirse seguro, cuando menos, de una conclusión clara: es un equipo con Pedri, y otro radicalmente diferente sin él. El joven de 19 años se ha transformado en una pieza clave de la ‘Xavineta’, y la estadística marca una notoria diferencia en los puntos logrados por el equipo cuando el canario participa del juego, en relación a cómo se desempeña sin él.
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Un centrocampista de rápida maduración
El jugador nacido en Tegueste debutó extraoficialmente el 12 de setiembre de 2020, en la pretemporada del equipo catalán en su victoria 1-3 contra el Nástic de Tarragona, y oficialmente dos semanas más tarde, entrando desde el banquillo en la aplastante victoria 4-0 contra Villarreal. Luego, en octubre, jugó como titular por primera vez ante Getafe, cayendo 0-1.
En su primera temporada (la 2020/2021), jugó la impactante cifra de 37 partidos oficiales, con 3 goles y 3 asistencias. De ellos, fue titular en 28, lo que muestra una rápida adaptación al ritmo y exigencia de La Liga, y la construcción de un mediocampo teniéndolo como figura clave.
Pedri acaparó titulares de los portales deportivos, y empezaron las comparaciones con glorias del club: Iniesta, Riquelme, Laudrup. A su agilidad, velocidad de pies y mente se adosó un calificativo clave: creatividad.
Una segunda temporada de consolidación y jerarquía
En los 12 partidos que jugó de la temporada 2021/2022, la contribución de Pedri ha sido invalorable en la gestación de ataque, por su verticalidad y precisión en el toque corto. Según las estadísticas, su porcentaje de pase completado supera el 87%, a lo que suma una media de un tiro al arco por partido, cifra respetable para un centrocampista. Sin embargo, otro punto que pasa desapercibido con frecuencia en la opinión pública es el papel que el joven canario cumple a nivel defensivo. Suele olvidarse que Pedri supera el 60% de éxito en entradas intentadas, siendo muy limpio a la hora de jugar, prácticamente no ha cometido faltas en toda la temporada.
Sin embargo, más allá de los números fríos, el aporte a nivel de juego en equipo ha sido invaluable. En primer lugar, por su versatilidad para ocupar distintas posiciones de manera eficiente en el campo, supliendo las necesidades del equipo. Segundo, por ofrecer siempre una salida para el pase, cumpliendo un rol sin el balón que da aire y opciones al resto del equipo. Y tercero, por su calidad para iniciar ágilmente jugadas con balón o encarar a defensores para dar un pase final punzante. Cuando Pedri encara en el uno contra uno, lo hace con mucho criterio, desestabilizando las líneas del oponente.
Su talento y desempeño le llevaron a ser convocado para la selección nacional, y la joya de Tenerife pasó a ser titular fijo en la Eurocopa y en los Juegos Olímpicos desarrollados en Tokio, donde España obtuvo la presea de plata.
Sin su talismán, la debacle
Actualmente fuera por lo que queda de la temporada por una lesión en el bíceps femoral de su pierna izquierda, los blaugranas han sentido su ausencia en juego y en la estadística.
Hasta que ocurrió la lesión referida, Pedri había participado en 12 partidos, obteniendo el 89% de los puntos posibles (32 de 36 posibles). Sin él, la producción de Barcelona decae estrepitosamente a un 49% (28 de 57 posibles)
La carencia de su contribución no solo se ha sentido en la Liga, sino que el club ha quedado eliminado de todas las demás competencias de esta temporada: Supercopa, Copa del Rey, Europa League (en condiciones deportivamente difíciles de justificar). En caso de no prevalecer en La Liga, sería la segunda ocasión en tres años en que acabaría la temporada sin títulos. La última fue en la temporada 2019/2020, durante la debacle del ciclo de Ronald Koeman en la que, entre otros puntos bajos, Barcelona fue eliminado con un histórico 2-8 contra Bayern Munich en la Champions League y sucumbió ante Valencia en la final de la Copa del Rey.
