No hay duda alguna de que la población de La Gomera se estructura en las estadísticas demográficas en una tendencia de envejecimiento bastante preocupante. La población más vieja, la que supera los 60 años de edad continúa aumentando su número, todo lo contrario a los grupos de jóvenes e infantiles, que siguen decreciendo. Se aprecia, por tanto, un problema de reemplazo generacional en la población gomera.
Esto tiene una lectura positiva, y no es otra que el aumento de la esperanza de vida (cantidad de años que llega una persona a vivir), de ahí el crecimiento continuo de los grupos de edad más avanzada. Pero todas las demás lecturas deberían preocuparnos. De cara al futuro próximo, La Gomera tendrá un grave problema denominado «sobreenvejecimiento», con una población alta de ancianos y corta de jóvenes y niños.
Ya existen familias que tienen problemas para atender a sus familiares mayores, quienes, con frecuencia, se están viendo condenados a vivir en soledad. Las residencias públicas están prácticamente saturadas, por lo que se está construyendo una nueva que, en cuestión de un lustro, padecerá lo mismo. También existe la ayuda pública a domicilio, pero es una solución parcial con los medios disponibles. Y el servicio privado se reduce al cuidado de los mayores por parte de «acompañantes» que, por cuantías diversas (dependiendo de los servicios prestados) ayudan en labores domésticas y otras tareas. Pero esta última es una solución a la que no puede acceder la mayor parte de las familias por sus costes.
Además, un gran número de esa población envejecida vive en barrios y caseríos alejados de los cascos municipales con los riesgos que ello conlleva. La lejanía y la edad avanzada de estas personas impiden el acceso a muchos de los servicios y recursos que se ofrecen por lo que su rutina se convierte en un simple pasar días y, la mayoría de ellos, en soledad.
Por ello, a través de este proyecto trabajaremos para mejorar la calidad de vida de las personas mayores promoviendo programas de envejecimiento activo (EA), con especial atención a las personas vulnerables. Las políticas de EA se consideran óptimas para hacer frente al envejecimiento de la población y enfocar este fenómeno como una oportunidad y como un reto que implica a toda la sociedad. El envejecimiento activo parte de la base que las personas mayores son contribuyentes activos y beneficiarios del desarrollo social, y por tanto no se trata de cubrir sus necesidades sino de reconocer su participación en la sociedad y garantizar la satisfacción de sus inquietudes y su igualdad de derechos.
El objetivo general que perseguimos es mejorar la calidad de vida de las personas mayores promoviendo programas de envejecimiento activo (EA) con especial atención a las personas vulnerables. Y lo conseguiremos promoviendo las relaciones sociales, la calidad de vida y la prevención de situaciones no deseadas; reduciendo la vulnerabilidad y el riesgo de exclusión; impulsando la transferencia de conocimientos y la innovación. Con ello, mejoraremos su calidad de vida y evitaremos su aislamiento a través de actividades, cursos y talleres.
El proyecto lo desarrollará nuestra integradora social y será posible gracias a la ayuda recibida en la Convocatoria de Ayudas a Proyectos Sociales 2021 de la Fundación CajaCanarias”.