Ocho organizaciones conservacionistas han urgido este domingo a paralizar por completo el complejo hotelero “Cuna del Alma” y el resto de macroproyectos en Tenerife previstos en el sur de la Isla porque, en su opinión, acelerarán “la agonía ecológica” de los ecosistemas costeros.
En un comunicado conjunto las asociaciones conservacionistas Abeque, ATAN, CEAMAR, Federación Ben Magec–Ecologistas en Acción, Fundación Canaria Telesforo Bravo-Juan Coello, GOHNIC, SEO/BirdLife y Asociación por la Conservación de la Biodiversidad Canaria han instado a los poderes públicos “a la acción inmediata” en este sentido.
Las entidades han dirigido su petición especialmente al Gobierno de Canarias y al Cabildo de Tenerife por ostentar las competencias en planificación territorial y han alertado de una “grave situación de destrucción insostenible”.
La situación en el sur de Tenerife, la isla más poblada del archipiélago, es especialmente crítica, donde la capacidad de carga del territorio insular está “más que desbordada”, tal y como ya señalaba la Ley de Directrices de Ordenación del Turismo de Canarias, pero “las administraciones públicas no se dan por aludidas”, afirman.
Al contrario, anuncian una vasta lista de macroproyectos “innecesarios y sumamente perjudiciales” que van desde grandes complejos hoteleros con campos de golf hasta puertos deportivos y circuitos del motor, entre otros, caminando en dirección opuesta al modelo de desarrollo sostenible que exige dicha ley, critican las organizaciones ambientalistas.
Añaden que con frecuencia se publicitan estos macroproyectos como sostenibles “falseando la realidad y engañando a la población para beneficio propio” y un ejemplo de ello, aseguran, es “Cuna del Alma”, del que aseguran que ya ha levantado grandes masas de tierra destruyendo restos arqueológicos y el hábitat natural, afectando numerosos ejemplares de plantas nativas y zonas de reproducción y alimentación de aves, reptiles y un multitud de invertebrados.
En su lugar, se están plantando palmeras exóticas del género americano Roystonea, a la vez que se elimina la vegetación nativa.
Se modificará drásticamente la bahía del Puertito de Armeñime al construir una playa artificial con club privado en primera línea de costa, incrementando la contaminación química, lumínica y acústica sobre los organismos costeros y marinos, continúan.
Añaden que la construcción del proyecto pone en peligro zonas limítrofes con figuras de protección como el Sitio de Interés Científico de La Caleta; un área prioritaria para la conservación, alimentación, reproducción y concentración de avifauna canaria, que comprende un hábitat de interés comunitario el tabaibal-cardonal y la Zona de Especial Conservación (ZEC) “Franja Marina Teno-Rasca” de la Red Natura 2000.
El año pasado, este ZEC fue catalogado por la Alianza Mundial de Cetáceos como el primer Lugar Patrimonio de Ballenas de un país europeo, tercero a nivel mundial después de Bluff, en Sudáfrica, y Harvey Bay, en Australia.
El reconocimiento nacional e internacional del patrimonio tinerfeño no parece tener el suficiente peso como para garantizar su conservación, lamentan los conservacionistas.
En su opinión, tanto “Cuna del Alma”, como los otros macroproyectos turísticos planificados incumplen la normativa al no contar con estudios de capacidad de carga local e insular, exigido por la ley de Directrices, dado que el Plan Insular de Ordenación Territorial de Tenerife (PIOT) es anterior a la entrada en vigor de esta.
Explican que se requiere de un estudio específico donde se evalúen, entre otros factores, la capacidad ecológica, paisajística y la afección a los recursos naturales existentes, algo que no ha sido incluido en los documentos de planeamiento que establecen los citados suelos urbanizables y urbanos.
Como resultado, la inseguridad jurídica sigue vigente con fuertes costes sociales, ambientales y paisajísticos, prosiguen las asociaciones.
Al respecto, avisan que dada “la incapacidad gestora” demostrada hasta el momento por las administraciones públicas, el traspaso de la competencia de Costas desde el Estado a la Comunidad Autónoma de Canarias, previsto para 2023, podría significar para los ecosistemas costeros “el empuje final hacia un punto de degradación total e irreversible”.
“Solicitamos un giro radical en los planteamientos actuales de desarrollo para que no pongan en peligro el ya incierto futuro en la isla de Tenerife. No son necesarios más estudios de capacidad de carga en el panorama actual para saber que estas propuestas no son sostenibles y que nos llevan a un callejón sin salida que nos conduce al abismo”, alertan.
Así, solicitan que se declare agotada la capacidad de carga de la isla, establecer una moratoria turística y anteponer la renovación de la edificación ya existente frente al consumo de nuevo suelo, además de primar la calidad sobre el crecimiento cuantitativo, abriendo la oferta turística hacia fines más sostenibles que no impliquen la destrucción de los ya deteriorados ecosistemas costeros, sino su restauración y puesta en valor mediante educación ambiental.
“Ante la actual situación mundial de crisis ecológica no cabe margen de maniobra: urge que la clase política cumpla sin demora con sus obligaciones y paralice por completo el proyecto “Cuna del Alma” y el resto de las acciones especulativas del territorio insular”, concluyen las entidades conservacionistas.