El funeral de Estado por la reina Isabel II, que falleció el pasado 8 de septiembre, tendrá lugar el 19 de septiembre a las 11.00 (hora local) en la Abadía de Westminster, anunció este sábado el Palacio de Buckingham.
Esa fecha, lunes, será también una jornada festiva en todo el Reino Unido, como autorizó este sábado en una de sus primeras órdenes el nuevo monarca, Carlos III.
Se espera la presencia de importantes líderes mundiales, entre ellos el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y de representantes de casas reales en las exequias por Isabel II, que murió el jueves en el castillo de Balmoral, en Escocia, a los 96 años.
Antes del funeral, habrá una capilla ardiente de cuatro días en Westminster Hall, el edificio más antiguo del complejo del Parlamento, adonde los ciudadanos podrán acudir para presentar sus respetos.
Según el comunicado con el programa previsto para los próximos días, el cuerpo de Isabel II reposa ahora mismo en el salón de baile del castillo de Balmoral, desde donde será trasladado este domingo por carretera al palacio de Holyroodhouse, en Edimburgo.
Allí reposará en la sala del Trono hasta la tarde del lunes, cuando se llevará en procesión a la catedral de Saint Giles, en la capital escocesa.
El rey Carlos III y los miembros de la Familia Real participarán en la procesión y en un servicio religioso en la catedral para recibir el féretro, que quedará allí en capilla ardiente para que los escoceses puedan despedirse de la soberana.
El martes 13, el féretro viajará desde el aeropuerto de Edimburgo en un avión del Ejército del Aire (RAF) hasta al aeródromo de Northolt, al oeste de Londres, acompañado por la princesa Ana, hija de Isabel II, y de allí al Palacio de Buckingham en coche.
El miércoles por la tarde, los restos mortales se llevarán en procesión en una carroza de la Artillería Real a Westminster, donde comenzará la capilla ardiente hasta el funeral de Estado del día 19.
Una vez en Westminster Hall, el arzobispo de Canterbury, primado de la Iglesia Anglicana, oficiará un servicio religioso en el que estarán presentes el rey y su familia.
En la mañana del 19 de septiembre, el féretro se desplazará en procesión los pocos metros entre Westminster Hall y la abadía para las exequias, al término de lo cual será llevado al Arco de Wellington y de allí a la capilla de Saint George en el castillo de Windsor, en las afueras de Londres, a través del camino conocido como el Long Walk («Largo Paseo»).
En ese lugar tendrá lugar un último servicio religioso antes de que lsabel II reciba sepultura.
Proclamación del nuevo rey del Reino Unido
Carlos III ha sido proclamado este sábado oficialmente nuevo rey del Reino Unido y catorce países de la Commonwealth en sucesión de Isabel II, que falleció el pasado jueves a los 96 años en el castillo escocés de Balmoral.
El ceremonial Consejo de Ascensión declaró al príncipe Carlos Felipe Arturo Jorge como el nuevo monarca Carlos III, tras lo que los asistentes al acto, sobre todo figuras políticas, dijeron: «Dios salve al rey«.
El nuevo monarca ha afirmado este sábado que seguirá «el ejemplo» sentado por su madre, Isabel II, en su reinado, en el que se compromete a respetar los principios constitucionales y servir a los ciudadanos con dedicación.
Al término de su discurso ante un nutrido grupo de autoridades políticas y sociales, Carlos III también juró garantizar la protección de la Iglesia de Escocia (él es cabeza de la Iglesia Anglicana) y autorizó distribuir su declaración para que sea leída en Escocia, Gales e Irlanda del Norte, así como en los países de la Commonwealth.
Posteriormente, se sentó a firmar un documento que certifica que ha realizado el juramento, en presencia de la reina consorte, Camila, y el príncipe de Gales, Guillermo.
En su declaración, Carlos III volvió a aludir, como hizo este viernes en un mensaje a la nación, al enorme pesar que su familia y todo el país sienten por la muerte de su madre, cuyo reinado no tuvo precedentes en «duración, dedicación y devoción».
«Es un gran consuelo para mí el pésame expresado por tantos hacia mi hermana y mis hermanos y que todo este afecto y apoyo abrumadores sean extendidos a toda la familia en nuestra pérdida», afirmó el rey en tono muy formal.
«Los deberes y responsabilidades de la soberanía»
Carlos III dijo ser «profundamente consciente» del legado de Isabel II y de «los deberes y vastas responsabilidades de la soberanía» que ha heredado.
«Al asumir estas responsabilidades, me esforzaré por seguir el ejemplo inspirador que se me ha dado, al defender el gobierno constitucional y buscar la paz, la armonía y la prosperidad de los pueblos de estas islas y de los reinos y territorios de la Commonwealth en todo el mundo», manifestó.
El rey, que en principio no tiene poder político (aunque ejerce influencia), dijo que se dejará guiar por los respectivos Parlamentos y se mostró confiado en que contará con el apoyo y el afecto de la ciudadanía.
También confirmó que mantendrá la práctica actual de ceder al erario público los ingresos hereditarios, que son usados después para subvencionar a la familia real en su actividad oficial.
«Para llevar a cabo la pesada tarea que se me ha encomendado, a la cual dedico lo que me queda de vida, ruego por la guía y ayuda de Dios todopoderoso», concluyó.
Aunque el heredero sucedió a su madre automáticamente tras su fallecimiento, este es el tradicional evento en el que el poder político británico lo reconoce oficialmente como soberano.
Tras anunciar la muerte de la reina y proclamar a su sucesor, la presidenta del Consejo, Penny Mordaunt, ordenó a miembros del Consejo Privado (autoridades políticas y sociales que asesoran al monarca) pasar a una sala aparte.