Sabemos que el deporte incide positivamente en todos los aspectos de nuestra vida, es decir cuerpo y mente. Pero es importante que sepamos qué tipo de deporte nos pudiera ser más beneficioso, de acuerdo a nuestras condiciones físicas. Afortunadamente, hoy día encontramos información sobre las diferentes disciplinas en internet, como por ejemplo en la web de Padelot, donde nos hablan con detalle de este tipo de actividad, así como los equipos requeridos para jugarlo.
Siempre hemos asociado el deporte con actividad física para mantenerse en forma, pero también se conoce de su incidencia en nuestras actitudes y comportamientos, ya que a través de los valores que transmite moviliza emociones y sentimientos, que también benefician la salud de las personas.
Desafortunadamente no es costumbre para todos mantenerse en actividad física o practicar algún deporte, hay más bien una tendencia al sedentarismo, cuando nuestro cuerpo está diseñado para estar en actividad, pero este es un hábito que se enseña desde la infancia.
En este artículo te indicamos algunas ventajas de inducir desde pequeños a los niños a que se alejen del sedentarismo y se potencie la práctica del deporte, para favorecer su desarrollo y sana adultez.
El deporte y el desarrollo del niño
Los médicos advierten que la actividad física es fundamental para llevar una vida sana a nivel físico y mental, por lo que debe ser practicado por niños, adultos y personas mayores.
Cuando un niño practica un deporte, socializa, se divierte y llega a hacerlo parte de su rutina, pues lo llega a amar y es así como lo convierte en un hábito en su vida, alejándolo de enfermedades y potenciando sus habilidades y destrezas.
Es pues responsabilidad de los padres orientarlos en este sentido, y sabemos que no es tarea fácil pues hoy día las consolas, los móviles, la televisión o la carga curricular hace que los niños no dediquen tiempo al ejercicio físico, trayendo consigo problemas de obesidad y otras consecuencias, para el resto de su vida.
Para obtener los resultados que esperamos se debe identificar antes, cuál es la actividad física que más conviene al niño, esto va a depender de la edad, sus condiciones físicas y de sus preferencias. Nunca la elección debe ser impuesta por los padres, pues no lo llegará a amar ni a incorporar en su vida.
Es necesario escucharlos y encontrar la actividad que les haga sentirse a gusto, y que lo disfruten.
Esta es más bien una elección evolutiva, es decir, en los más pequeños, las actividades que se elijan deben estar orientadas a la diversión y el desarrollo de la coordinación, psicomotricidad y el equilibrio.
Ya en la adolescencia, los entrenamientos pueden ser más especializados para desarrollar cualidades físicas más específicas.
Ventajas del deporte en el desarrollo de los niños
Su práctica diaria predispone a potenciar la creación de hábitos saludables y comportamientos positivos como por ejemplo, organización de tareas y hábitos de higiene
Favorece el crecimiento del niño, ya que hay una estimulación del tejido muscular y el óseo. Adicionalmente, le ayuda a la coordinación y equilibrio, habilidad especial, agilidad; así como también mejora el autocontrol y ayuda a conocer las limitaciones de su cuerpo. Y por añadidura, la práctica le da herramientas para sobrellevar situaciones límites, desarrollar la humildad e incentiva la competencia.
Le ayuda a alejarse del sobrepeso, ya que se activa el sistema inmunológico, y si son ejercicios de elasticidad y fuerza, fortalecen músculos y huesos.
Fortalece sus habilidades sociales, lo cual les permite relacionarse mejor y hasta aprenden habilidades de trabajo en equipo, liderazgo y comunicación.
Les mantiene alejado del estrés, y les aporta una mayor capacidad de concentración, teniendo con ello un mayor rendimiento académico. Además, puede ayudar a disminuir estados de ansiedad y les mantiene de buen ánimo.
La práctica deportiva, les expone a retos, que al superarlos mejora la autoestima, sobre todo si se les refuerza, pues les genera confianza y, en caso de no alcanzar el objetivo, les enseña a enfrentar situaciones difíciles.
Es posible que, por algunas razones, una vez iniciada alguna práctica, ya no sea motivadora para el niño, entonces hable con él, indague la posible causa, a veces obedece a que se incrementan los deberes escolares, cambiaron sus preferencias, los amigos le influencian porque no practican nada o ya no le divierte ese deporte.
Definida la causa, ayúdele a encontrar otro que le invite a la diversión, insista en que le ayuda a mejorar sus estudios, pues le favorece la concentración, sea un ejemplo ante él manteniéndose activo, asista a los entrenamientos y partidos importantes, pero no lo deje desistir.
Para finalizar, lo importante es que su hijo se mantenga activo y con ello se asegura su adecuado desarrollo, su salud mental y física.