El portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Agrupación Socialista Gomera (ASG), Jesús Ramos, ha propuesto, en debate parlamentario, la modificación del sistema para el control de la función pública, de forma que permita premiar la productividad y regular el absentismo laboral. Asimismo, matizó que el objetivo es poner en marcha un mecanismo que se configuraría por puesto desempeñado y contando con las características y peculiaridades de cada servicio, para incentivar el esfuerzo, flexibilizar la jornada y apoyar la conciliación laboral y familiar.
“En materia de personal llevamos arrastrando tiempos duros desde la crisis económica del 2008, con una baja tasa de reposición en los servicios, con sobrecarga laboral y con la necesidad de consolidar y dar estabilidad a los empleados públicos que engrosan las altas tasas de temporalidad en la administración, pero es necesario atender, también, a la productividad y el absentismo laboral en la función pública”, apuntó. “Hace unas semanas se conocía que en Canarias, tanto en el sector privado, como en el público casi 80.000 trabajadores no acudían a su puesto de trabajo, indicándose que no se cuantificaban los miles de trabajadores que se limitaban a hacer presentismo laboral o lo que es lo mismo acudir a su puesto de trabajo, pero no avanzar en sus tareas, y esto no podemos permitir que pase en la administración pública porque tenemos que responder ante el interés general de los ciudadanos”, dijo.
El diputado regional por la isla de La Gomera remarcó que “no se trata de criminalizar a los empleados públicos, todo lo contrario, se trata de dignificarlos, ya que hay servicios donde, a pesar de los pocos trabajadores que tiene su plantilla, no solo sacan el trabajo encomendado, sino que demuestran un esfuerzo y una dedicación loable que está muy por encima de lo que sería exigible”. Insistió en que “a estos trabajadores devotos del servicio público no podemos premiarlos por su alta productividad, puesto que, precisamente, el plus de productividad tal cual está configurado actualmente, está generando reparos a la hora de tramitación y de su aprobación porque carecemos de un sistema que mida el desempeño de forma real y efectiva”.
“La única vía real es que se configuren criterios válidos y objetivos que midan el trabajo diario del empleado público, para tener un control, pero también para fijar cuál sería el desempeño diario mínimo que están obligados a cumplir y a partir del cual serían premiados, o a falta del cual pudieran ser apercibidos y, en último término, sancionados”, explicó.
Ramos señaló que con este mecanismo “si un funcionario cumple sus objetivos diarios y mensuales, no solo no tendría ningún problema en recibir su salario, sino que podría valorarse que no tuviera que estar presencialmente o que pudiera acabar antes su jornada, o que, si decide dedicar más tiempo a sacar adelante tareas adicionales de la asignada, pues que se le premie”.
A juicio del portavoz adjunto de ASG, “debemos quitarnos los tabúes, las reticencias y los miedos e iniciar un diálogo social y político que favorezca el cambio de la administración pública para alcanzar esta nueva cuota de calidad en la gestión y la atención que podemos impulsar, puesto que la reconversión de la administración no puede dejarse solo a la inserción de las herramientas digitales y a la mejora de los medios materiales de los que disponemos, ni se va a solventar simplificando procedimientos”.
“Para que la administración avance debe dársele estabilidad y certidumbre a los empleados públicos, que sepan de forma efectiva qué se le pide a cada uno de ellos en función de su categoría y del servicio en el que están encuadradas sus plazas y, en función de eso, sepan cuáles son sus posibilidades de alcanzar metas que les beneficien a ellos y nos favorezcan a todos”, concluyó.