La presidenta de la asociación argentina Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, falleció este domingo a los 93 años de edad, según informó la vicepresidenta del país, Cristina Fernández.
«Queridísima Hebe, madre de Plaza de Mayo, símbolo mundial de la lucha por los Derechos Humanos, orgullo de la Argentina. Dios te llamó el día de la Soberanía Nacional… No debe ser casualidad. Simplemente gracias y hasta siempre», manifestó la también expresidenta del país (2007-2015) a través de su cuenta oficial de Twitter.
La activista por los derechos humanos fue uno de los rostros que encabezó las protestas contra la última dictadura cívico-militar de Argentina (1976-1983).
Una mujer de orígenes humildes, luchadora social infatigable y especialmente polémica en sus declaraciones: así fue Hebe de Bonafini (1928-2022), una personalidad cuyo legado al frente de Madres de Plaza de Mayo ocupa un lugar central en la historia reciente de Argentina.
Durante sus más de cuatro décadas de activismo, la revolucionaria ama de casa, no solo puso contra las cuerdas a la última dictadura cívico-militar (1976-1983) del país suramericano, sino que terminó por convertirse en un referente global en la lucha por los derechos humanos.
Y no es para menos: junto a centenares de otras madres y abuelas, Hebe de Bonafini fue la cara visible de las manifestaciones para encontrar a los desaparecidos durante el autodenominado “proceso de reorganización nacional», unas 30.000 personas entre militantes políticos y sociales, sindicalistas, estudiantes y artistas, según estimaciones de los organismos de derechos humanos.
Su labor no terminó con el final de la dictadura y se prolongó a lo largo de años de fuerte compromiso social, tiempo que no estuvo exento de polémicas en torno a su figura.
Orígenes humildes
Nacida el 4 de diciembre de 1928 en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, Hebe María Pastor tuvo que trabajar desde muy joven para poder salir adelante, al igual que su primer y único novio, Humberto “Toto” Bonafini, con quien contrajo matrimonio el 9 de noviembre de 1949.
Fruto de ese vínculo nacieron sus primeros hijos varones: Jorge Omar (1950) y Raúl Alfredo (1953), a quienes años más tarde se sumó María Alejandra (1965). Al contrario que sus padres, Jorge y Raúl sí pudieron estudiar en la universidad y participaron en el movimiento estudiantil, poniéndose en el punto de mira de las autoridades cívico-militares con la llegada de la dictadura.
Años de activismo y combate contra la impunidad
El 8 de febrero de 1977, policías vestidos de paisano allanaron el domicilio de Jorge y se lo llevaron. El 6 de diciembre ocurrió lo mismo con Raúl, al igual que con la esposa de Jorge, María Elena, el 25 de mayo del año siguiente. Los tres desaparecieron.
Una madre normal y corriente hasta ese momento, Hebe comenzó entonces a recorrer todos los días los 50 kilómetros que separan La Plata de la capital argentina en búsqueda de respuestas.
No era la única en esa situación. Embargadas por la desesperación, cientos de madres y abuelas acudían diariamente a Buenos Aires para tratar de dar con sus hijos y nietos, razón que llevó a 14 de ellas a efectuar, el sábado 30 de abril de 1977, la primera marcha frente a la Casa Rosada en repudio del Gobierno.
Esa costumbre llevó a la creación de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, una entidad presidida por Hebe desde su nacimiento y que durante esos años cobró una enorme relevancia internacional, pese a sufrir todo tipo de persecuciones por parte de la dictadura.
Con la llegada de la democracia, la asociación se dividió en dos: por un lado, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, que tiene a Taty Almeida como su principal referente, y por otro la Asociación Madres de Plaza de Mayo, más reconocida fuera de Argentina, liderada por Hebe de Bonafini.
Una revolucionaria muy polémica
Hebe también destacó públicamente por sus opiniones más que polémicas, producto de una fuerte personalidad y de la incapacidad de medir sus palabras. Su salida de tono más escandalosa la protagonizó en 2001, después de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, afirmando sentir «alegría» por lo sucedido y que no le dolió «para nada». Ese talante «antiimperialista” se tradujo en un fuerte apoyo a personajes como el Che Guevara, Fidel Castro o Hugo Chávez.
En el caso de la política argentina, Hebe de Bonafini atacó duramente a los presidentes “neoliberales”: en 1991 calificó a Carlos Menem (1989-1999) de «basura», exabrupto que le valió una causa por «desacato», mientras que a Mauricio Macri (2015-2019) lo tildó en diversas ocasiones de «necio, cínico y mentiroso».
Durante la presidencia de Macri, la activista estuvo en el punto de mira de la Justicia por corrupción, rozando incluso el arresto por negarse a comparecer ante el juez. Unas críticas que también alcanzaron al actual presidente, Alberto Fernández, a quien pidió el pasado 26 de agosto que “hable lo menos posible”.
El legado de Hebe
A pesar de todas esas polémicas, el legado de Hebe de Bonafini al frente de Madres de Plaza de Mayo es inconmensurable: la asociación cuenta hoy con un instituto universitario propio, una radio y la administración de un centro cultural donde se hallaba el centro clandestino de detención de la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA).
Galardonada con decenas de premios por todo el mundo, Hebe de Bonafini siempre fue muy clara respecto a cómo quería ser recordada tras su muerte: como una madre que peleó «no solo por sus hijos, sino por todos».