Este año la violencia de género se ha llevado por delante la vida de tres mujeres en Canarias: Dácil, Clotilde y Abigail. Con ellas, ya son 101 feminicidios en nuestras islas desde que en 2003 se iniciara el recuento con la aprobación de la Ley de Prevención y Protección Integral de las Mujeres contra la Violencia de Género de la Comunidad Autónoma canaria.
Un recuento que pesa y nos avergüenza como sociedad del siglo XXI. Junto con ellas, otras muchas mujeres, sobreviven cada día a miles de violencias machistas que las vulneran, apartan, humillan y desplazan de la vida, y lo más grave es que, en la gran mayoría de los casos, no las vemos.
Este día, como cada año, Canarias se lo dedica en primer lugar a ellas, a las que ya no están, a sus familias y amistades, pero también a las que siguen y no encuentran la ayuda necesaria para abandonar la violencia que las anula.
Este año, de manera especial, queremos denunciar la violencia de género silenciada de nuestras mayores. Mujeres que durante años y años han postergado su bienestar físico y psíquico al de su familia, mujeres que han crecido en un mundo que solo giraba en torno a la comodidad, felicidad y proyección de los hombres, mujeres a quienes se les vetó la posibilidad de denunciar los malos tratos e incluso se sintieron, y se sienten, culpables y avergonzadas por vivirlos.
Trabajadoras que no pudieron, ni pueden, abandonar su hogar porque un hombre no les ha permitido ni permite ser independientes económicamente, porque no querían sentir que su familia fuera señalada y ellas, revictimizadas por una sociedad que había crecido sobre unos valores confusos.
La violencia de género en las mujeres mayores se nombra cuando nos conmueve y nos sorprende, el clamor social, cuando ya no hay vuelta atrás. La violencia de género no tiene edad. Una de las tres mujeres asesinadas en Canarias en este año, Clotilde, tenía 82 años. Durante el año pasado, Josefina, 85 años, y Josefa, 82 años.
Ellas ya no están, y lo más probable es que antes de ser asesinadas, sus maltratadores las sometieran durante décadas a múltiples violencias ante la inacción y la ceguera de su alrededor.
Hicieron todo lo que esperábamos de ellas, y más, y les hemos fallado, como sociedad, como institución.
La erradicación de la violencia contra las mujeres es un trabajo prioritario en este Gobierno feminista; por ello, seguimos mejorando y ampliando los sistemas de protección y muy especialmente los de prevención, con la educación como pilar del cambio, poniendo el foco en los aspectos socio-afectivos, una carencia que ha generado un resurgir de la misoginia y el antifeminismo en hombres que, de manera equivocada, se sienten amenazados por el avance de la igualdad.
Es tiempo de vivir, dejemos atrás las sombras es el lema con el que este año el Gobierno de Canarias, en alianza con los siete cabildos insulares, quiere posicionarse con nuestras mayores y mirar hacia adelante.
Es tiempo de vivir, es tiempo de salir de las sombras, es tiempo de posicionarse y crear red social y administrativa que escuche, proteja, prevenga y no perpetúe las violencias contra nuestras mayores.