POR SALVADOR GARCÍA LLANOS.- Está la guerra de Ucrania. Pero también hay otras zonas en el mundo donde priman los conflictos, donde hay pueblos sojuzgados y donde los enfrentamientos bélicos se eternizan. Saltan a la vista las razones para que la UNESCO hay elegido el lema “Radio y Paz” (los dos conceptos en mayúscula) para conmemorar el Día Mundial de la Radio, adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en tal fecha como hoy en 2012.
En este Día Mundial se celebra el poder de la Radio para cultivar y construir la Paz. Desde su creación, hace un siglo aproximadamente, la radio ha demostrado ser un medio excepcional de comunicación, debate e intercambio y, de hecho, uno de los medios de comunicación más accesibles y extendidos. Esas especificidades explican que la UNESCO recurriera especialmente a la radio durante la pandemia de COVID-19, cuando había que llegar a niños y estudiantes privados de escuela a los que era difícil acceder debido a su aislamiento. De este modo, se ha desarrollado una auténtica pedagogía de las ondas en muchos países. Por ejemplo, en África Subsahariana, donde menos de la cuarta parte de la población tiene acceso a Internet, la radio ha podido contribuir a la continuidad pedagógica, a pesar de las dificultades. Por ello, la radio es a menudo el medio de último recurso. Lo vemos de nuevo en Afganistán, donde se ha despojado brutal e injustamente a las niñas y mujeres de su derecho a aprender, estudiar y enseñar.
En respuesta a esta situación, que la UNESCO ha condenado enérgicamente, la organización ha puesto en marcha, con la Unión Europea (UE), un importante programa de apoyo a los medios de comunicación afganos. El objetivo es ayudar a difundir contenidos principalmente educativos, así como relacionados con la salud o la seguridad, con el propósito de llegar directamente a al menos seis millones de afganos y afganas. Además de ser un instrumento técnico, la radio constituye uno de los espacios donde se construye y enriquece el debate democrático. Por consiguiente, es esencial defender tanto la independencia como la diversidad de lo que es, en muchos aspectos, una verdadera ágora moderna. De ahí que la UNESCO, que ha hecho de la libertad de prensa una prioridad absoluta, preste apoyo a radios comunitarias e independientes de todo el mundo.
En este Día Mundial, la UNESCO hace un llamamiento a todos –oyentes, profesionales del sector audiovisual y radiodifusores– no solo para que celebren el potencial de la Radio, sino sobre todo para que la utilicen en mayor medida como un instrumento único de Paz.
En un comunicado, señala que “la guerra, como antónimo de la paz, significa un conflicto armado entre países o grupos dentro de un país, pero también puede traducirse en un conflicto de narrativas mediáticas. La narrativa puede aumentar las tensiones o mantener las condiciones para la paz en un contexto determinado: por ejemplo, pesar sobre el desarrollo accidentado o tranquilo de las elecciones, el rechazo o la integración de los retornados, el aumento o la atenuación del fervor nacionalista, etc. Al informar al público en general, las emisoras de radio moldean la opinión pública y enmarcan una narrativa que puede influir en las situaciones nacionales e internacionales y en los procesos de toma de decisiones”.
En efecto, “la radio puede alimentar los conflictos, pero en realidad la radio profesional modera los conflictos y/o las tensiones, impidiendo su escalada o propiciando conversaciones de reconciliación y reconstrucción. En contextos de tensiones lejanas o inmediatas, los programas pertinentes y los informativos independientes sientan las bases de una democracia sostenible y una buena gobernanza, al reunir pruebas sobre lo que está ocurriendo, informar a los ciudadanos al respecto en términos imparciales y basados en hechos, explicar lo que está en juego y mediar en el diálogo entre los diferentes grupos de la sociedad”.
«… puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz«, enfatiza el llamamiento de la UNESCO.
La directora general de la organización, Audrey Azoulay, ha insistido en la consideración del medio radiofónico como “ágora moderna” que debe ser defendido tanto desde su independencia como desde la diversidad.