El senador por la isla de La Gomera, Fabián Chinea Correa, ha registrado una enmienda al proyecto de ley de Bienestar Animal en la que solicita que los gatos y hurones silvestres no sean consideradas como especies protegidas. Su enmienda persigue que se levante la protección que contempla dicha ley para salvaguardar y proteger la fauna canaria amenazada por ambas especies.
Esta modificación, según Chinea, se hace necesaria para dar respuesta al grave perjuicio que suponen estos animales asilvestrados. Los gatos y hurones silvestres son responsables de la desaparición paulatina de algunas especies autóctonas como el lagarto gigante canario, la lisneja, la musaraña, y el pinzón azul y otras pequeñas aves características del territorio, poniendo en riesgo la biodiversidad del Archipiélago, según informes de diversas entidades naturalistas.
El mayor impacto de los gatos silvestres ha sido ampliamente documentado en medios insulares. Entre otras afectaciones, está probado que su introducción en islas es corresponsable de, al menos, el 14% de las extinciones modernas de aves, mamíferos y reptiles ocurridas en territorio insular a escala global; y constituyen la principal amenaza para casi el 8% de las aves, mamíferos y reptiles considerados en peligro crítico por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza.
La enmienda del senador de la Agrupación Socialista Gomera (ASG) señala que “también existe abundante información sobre el daño que provocan los gatos que deambulan libremente y depredan sobre las poblaciones de aves silvestres y otra fauna en zonas continentales. Se estima que estos gatos están implicados en la amenaza o extinción de al menos 430 especies. Junto a los roedores, constituye el principal grupo de mamíferos depredadores invasores”.
El gato se considera el principal factor que amenaza la supervivencia de especies de vertebrados endémicos como los lagartos gigantes de Tenerife, La Gomera y El Hierro, la lisneja de Fuerteventura, la musaraña canaria y el pinzón azul Gran Canaria, entre otros. También ocasionan importantes daños en colonias de aves marinas como pardelas, petreles o paíños. Por todo ello, en los planes de gestión de las especies y de los espacios naturales protegidos donde habitan se contemplan medidas para su control o erradicación.
En lo que se refiere a los hurones, su asilvestramiento en Canarias es más reciente y su efecto está en estudio, pero ya hay datos preliminares sobre su depredación sobre aves y reptiles endémicos.
Chinea recuerda que, en 2020, fue el propio consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias quien advirtió del gran poder depredador de los hurones en la fauna autóctona y apeló a la sensibilidad de los cazadores del Archipiélago para reducir el riesgo de pérdida o abandono durante la temporada de caza. El hurón ha encontrado hábitats adecuados para prosperar en islas como La Palma o La Gomera, pero en Tenerife, Gran Canaria o El Hierro también se ha detectado un incremento importante en el número de avistamientos y en problemas causados en granjas de conejos y gallinas.