El 23 de junio, todos los caminos llevan a Vallehermoso. Y es que, como cada año, San Juan atrae a cientos de personas a un pueblo que se vuelve tradición para celebrar las esperadas hogueras. Tras su declaración como Fiestas de Interés Turístico Regional -única con esta categoría en la isla-, Vallehermoso se llenó de vecinos y visitantes que disfrutaron de un fin de semana inolvidable.
La noche del viernes 23 volvió a congregar a cientos de personas en la procesión de San Juan Bautista mientras se cumplía la tradición del encendido de las hogueras de La Ladera, La Pilarica y Los Rosales, además de la de Alojera. Decenas de bailadores y tocadores arroparon a la imagen a su paso por las calles del pueblo bajo el tradicional olor del mastranto, signo inequívoco de la noche más esperada del año en el municipio.
El sábado comenzó con la celebración de la muestra de Artesanía organizada por el Cabildo y se remató con dos actos que señalan la unión del municipio entre los vecinos que residen y los que regresan por San Juan, con la celebración del tradicional encuentro de fútbol de veteranos y con el Baile de Magos, donde participaron la Parranda Chigadá y el Grupo Chijeré. Un evento donde la comida tradicional, la indumentaria típica y el sincero compartir entre vecinos hacen de este baile una cita imperdible del calendario de Vallehermoso.
De esta manera se cierran unas Fiestas de San Juan que han vuelto a situar a Vallehermoso en el corazón de los festejos regionales por su trascendencia y reconocimiento. Un pueblo engalanado para la ocasión gracias al trabajo incansable del Club de la Tercera Edad y los trabajadores municipales para transformar las calles del casco en un punto de encuentro para el reencuentro.