Los montes submarinos de Canarias revelaron en 2017 un potencial minero impresionante, especialmente en el Tropic, donde se descubrió una de las mayores reservas de telurio del planeta. Los cálculos actuales indican que estas áreas podrían suministrar hasta 130 toneladas por kilómetro cuadrado de esta materia prima estratégica , conocida como las tierras raras, cuyo suministro está controlado por China.
La revista “Marine Geology” publica este mes un estudio liderado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) sobre las reservas de materiales claves para industrias como la fabricación de vehículos eléctricos, paneles solares y componentes electrónicos que pueden encontrarse en las costras de ferromanganeso que recubren ocho montes submarinos situados al suroeste de El Hierro.
Esas ocho elevaciones de origen volcánico se encuentran a profundidades de entre 3.500 y 5.000 metros y son estructuras de entre 92 y 152 millones de años de antigüedad, muy anteriores a la formación de las actuales Islas Canarias (Fuerteventura, la más antigua de todas, tiene “solo” 20 millones de años).
Gran parte de su superficie está recubierta por una costra mineral compuesta principalmente de manganeso y hierro, con un grosor de hasta 20 centímetros. Esta costra contiene concentraciones de metales y elementos conocidos como tierras raras que son considerablemente superiores a la media. Estas características son producto de dos procesos principales: el hidrotermal/volcánico y las constantes aportaciones de polvo en suspensión desde el desierto del Sáhara durante millones de años, en forma de calimas.
Se consideran preciosas por dos motivos: primero, porque son el resultado de un proceso geológico extremadamente lento (“engordan” a razón de 0,8 a 2,6 milímetros por millón de años), pero también debido a su alto contenido de materias primas catalogadas formalmente como “estratégicas” por la Comisión Europea, porque resultan claves en el futuro de la industria tecnológica.