El Cabildo de La Gomera da luz verde al proyecto de restauración de la cabecera del barranco de El Ingenio, en el término municipal de Vallehermoso. Así lo anunció el presidente insular, Casimiro Curbelo, quien detalló que para la ejecución de los trabajos se invierten más de 137 mil euros procedentes de los Fondos Next Generation.
“El objetivo principal de esta acción es erradicar las especies invasoras que se encuentran en la zona de este barranco, concretamente, la caña común, ya que desarrolla un comportamiento muy especial como combustible forestal”. De esta forma, “el proyecto tiene como fin proteger los caseríos y núcleos urbanos en torno al barranco, actuando sobre unas 5 hectáreas de terreno”, apuntó Curbelo.
Indicó que la presencia de caña presenta un grave riesgo de cara a los incendios forestales, “poniendo en jaque no sólo a infraestructuras y propiedades que se encuentran en las inmediaciones de la zona de El Ingenio, sino de las propias personas que habitan en el municipio”.
De esta manera, el proyecto contempla la ejecución de trabajos de desbroce y corte mecanizado, con el uso de motodesbrozadoras y motosierras; además de trabajos manuales con machetes, tajamata, hacha-azada, podadoras telescópicas para las zonas elevadas. Los residuos serán recogidos para proceder a su eliminación mediante quemas controladas o trituración mediante astillado.
A su vez, se aprovecharán recursos de bajo impacto y alta integración para favorecer el control del rebrote natural de la caña, como el tránsito de personas y animales por los caminos anexos al cauce del barranco, y el aprovechamiento de la actividad ganadera de la zona que permita operar sobre los rebrotes tiernos, o reducir su capacidad mediante el pisoteo.
A nivel ecológico, los cañaverales restringen el flujo del agua y desplazan a las especies de flora silvestre, incrementando las condiciones de inflamabilidad del medio. La desecación de los cañaverales en verano y la elevada concentración de biomasa que albergan facilitan la generación y transmisión de incendios con gran longitud de llama. Al cubrir los cañaverales, los cauces de los barrancos generan una masa continua de vegetación que, al secarse, en caso de incendio, transmiten el fuego con facilidad.