l periodista y escritor tinerfeño Fernando Delgado ha fallecido este domingo a los 77 años, según han confirmado a EFE fuentes de su entorno.
Delgado nació el 1 de febrero de 1947 en Santa Cruz de Tenerife, estudió Filosofía y Letras y era licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid (1979). A los 24 años se trasladó a Madrid, donde desarrolló casi toda su carrera profesional.
Finalmente, se estableció hace cerca de tres décadas en la casa del Carmen, en el municipio valenciano de Faura, donde ha fallecido este domingo 18 de febrero.
Poseía una extensa trayectoria profesional en prensa, radio y televisión, que compatibilizó con la escritura y la política.
Fue jefe de programas de Radio Exterior de España, director de Radio 3 y de Radio Nacional de España. En RTVE fue consejero de Administración, presentador y coordinador de los Telediarios del fin de semana de TVE y director del programa A vivir, que son dos días, en la Cadena SER.
También fue director general de Tele Expo en la Exposición Universal de Sevilla.
Fue galardonado en varias ocasiones; recibió el Premio Europa en Salerno, el Ondas Nacional de Televisión, el Antena de Oro de la Asociación de Radio y Televisión, por su labor al frente del Telediario y el Villa de Madrid Mesonero Romanos. Ganó el Premio Planeta por La mirada del otro y el Azorín de novela por su obra Sus ojos en mi. También, con su primera novela obtuvo el Premio Benito Pérez Armas y con la segunda, el Pérez Galdós.
Fue distinguido como bibliotecario de honor por los bibliotecarios de la Comunidad Valenciana.
También, Delgado figura como presidente del Museo de Bellas Artes de Valencia, entre febrero de 2021 y junio de 2023.
Para Fernando Delgado, el periodismo y literatura se complementan: tienen en común la utilización del lenguaje y “mientras el escritor aporta al periodismo un sentido de la palabra justa, el periodismo aporta a la literatura el contacto con la realidad”, aseguraba.
Autor prolífico, en 1973 publicó su primera novela, Tachero, a la que seguirían títulos como Exterminio de Lastenia (1980) por la que obtuvo el Premio Pérez Galdós de novela, Ciertas personas (1989), Háblame de ti (1993) o Cambio de tiempo (1994).
Al año siguiente, en 1995 obtuvo con su novela La mirada del otro, el Premio Planeta, que luego Vicente Aranda la llevó al cine. Durante los últimos diez años, desde la edición de 2014, fue miembro del jurado del Premio Planeta.
Otras novelas suyas son: No estabas en el cielo (1996), Escrito por Luzbell (1998), Sobre el amor y sus contrarios (2000), Presencias de ceniza (2000), Isla sin mar (2002) y Parece mentira (2005), De una vida a otra (2009), Paisajes de la memoria (2010), El pájaro escondido en un museo (2010), También la verdad se inventa (2012), Me llamo Lucas y no soy perro (2013), “Donde estuve” (2014), Sus ojos en mí (2015), con la que ganó el Premio Azorín, o El huido que leyó su esquela (2017).
También escribió poesía, un género que era para él ese espacio de sosiego e intimidad alejado del “ruido que está lleno latrocinio y corrupción”, decía.
Lector “muy exigente” de poesía, creía que era “el más importante espacio de la literatura ” y consideraba que actualmente las librerías estaban “llenas de acumulación de imbecilidades” y defendía que lo importante en literatura son las ideas y la palabra.
Afincado en el municipio valenciano de Faura desde hace casi 20 años, fue diputado en Les Corts Valencianes durante una legislatura (la del 2015 al 2019), al ir de número dos, como independiente, en la lista del PSPV-PSOE, partido con el que tenía “una gran sintonía” desde los años en que vivía en Madrid, en sus propias palabras.
Su salto a la política lo dio por “principio ético” y para participar en “una época de cambio” que veía “ilusionante” y contra la que creía “ingenuo” resistirse, según afirmó en una entrevista con la Agencia EFE unos meses antes de las elecciones de 2015.
Entonces dijo sentirse sorprendido cuando el secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, le llamó para pedirle que formara parte de la lista socialista a Les Corts Valencianes, en la que también figuraba la escritora y periodista Carmen Amoraga, ganadora del Premio Nadal en 2014.
Defendió en política que la palabra es una exigencia que todo diputado “debe imponerse, después de haber pensado”, algo que, según ha lamentado, “no parece ser lo más común en las tribunas públicas españolas, donde con frecuencia se impone la charlatanería”.