Por lo que significan, por el esfuerzo que supuso su creación, por su singularidad, por su antigüedad o bien por su utilidad, ciertos emplazamientos llegan a tener tal carácter y personalidad que se convierten en una referencia de identidad.
Para la comunidad, o el pueblo donde se ubican, en ocasiones esos lugares son un claro signo cultural, una muestra orgullosa de su pasado y su presente. Me gustaría que el Parque Infantil de Vallehermoso, a pesar de que apenas tiene medio siglo de vida, fuera un lugar del que yo, u otros pantaneros nos sintiéramos orgullosos de decir que vivimos en el pueblo que lo alberga. Y no lo contrario.
A veces paso a su lado más de media docena de veces cada día. De alguna forma hemos envejecido juntos, aunque yo nací antes que él.
Me preocupa su salud, no lo veo bien, ni regular tan siquiera. Está sucio, descuidado, le falta brillo y vitalidad. Todavía algunos jóvenes y visitantes despistados se le acercan y lo acompañan un tiempo, me imagino que lamentando su estado y comentando que, en realidad, con un poco de atención podría prolongar su existencia con dignidad y calidad de vida.
Es fatal una vejez mal llevada, sobre todo si ese malestar es producto de la dejadez. Y, en realidad, él no tiene ninguna enfermedad irreversible, ni grave tan siguiera. No hay nada irreparable más allá del olvido y el descuido.
Un recuerdo a algunos de los que contribuyeron a darle vida.
A D. Pepe León (q.e.p.d.) que peleó por su nacimiento en un lugar privilegiado, a la entrada del pueblo, en el casco, un emplazamiento cercano de modo que tanto los escolares, como los visitantes y residentes lo disfrutáramos.
A D. José Ramón Ortega Segarra (q.e.p.d.) ingeniero técnico de obras públicas que trabajaba como funcionario del Servicio Hidráulico del Gobierno de Canarias y haciendo de ayudante al director de la obra de la Presa de la Encantadora consiguió invertir el 1% del coste de la obra en una actividad cultural (en esa época era práctica habitual) que decidió fuera el levantar el magnifico conjunto escultórico que actualmente tiene el Parque Infantil de Vallehermoso, usando materiales que sobraron del levantamiento del muro de la presa (cemento, hierro y arena). Este persona, que merecería un estudio más en detalle buscando documentación sobre él en el Colegio de Ingenieros Civiles de Obras Públicas, tiene otras obras emplazadas en la Depuradora de Aguas de Santa Cruz de Tenerife, en El Río, en el paseo del Barranco de Santos en Tenerife, en un cruce de carretera en La Palma o en Garachico.
Hace un par de meses vino a mi oficina una catedrática de historia del arte de Lübeck (esta ciudad alemana tiene su casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) y me relató maravillas acerca de las esculturas que casualmente había visto en el parque. Me solicitó información sobre su autor y yo la ayudé en lo que pude. Algunos días más tarde, una escultora estadounidense, Peery Sloan que se estaba quedando en Alojera, se expresó en términos parecidos acerca del conjunto escultórico.
Con todo ello termino por creer que es el conjunto escultórico al aire libre más singular y uno de los más importantes de la isla.
Pero miro a los alrededores del parque, y su entorno inmediato tampoco es muy alentador, ya que la carretera que antes conducía a Garabato está llena de escombros y vegetación que ha caído del rumbazo y se ha depositado a su lado durante años y años.
También sé que a lo largo de su existencia no todo han sido buenos momentos. Recuerdo cuando se le retiraron de cuajo alguna de sus figuras. En aquel momento no lo entendí muy bien pero luego me explicaron que era necesario dotarle de más luz durante las noches y que era por su bien. Que era como la poda de un árbol, que con el paso del tiempo lo hace más fuerte. Como casi siempre, en cualquier desgracia hay un lado bueno al que aferrarse. Debo decir que esas figuras no fueron destrozadas y aún están en el terraplén de La Encantadora, esperando algún retorno milagroso.
Recuerdo igualmente cuando se planeó sustituirlo por un aparcamiento para guaguas, a lo que hubo cierta contestación por parte de la población local. Creo que esa idea se descartó porque las pruebas de carga no dieron los resultados esperados, no hay que olvidar que el parque se sitúa en la parte superior de un puente subterráneo que canaliza el agua proveniente del Barranco del Ingenio.
Daniel, que ya es un hombre, tiene un recuerdo fantástico del parque. Me ha dicho varias veces que nunca olvidará lo bien que se lo pasaba con Pedrito y con los otros muchachos cuando día tras día, se deslizaban por la caja y la rampa de skate que le habían regalado por Reyes. La caja, como era muy pesada se quedaba durante meses ahí, en un lado del parque, sin que nadie la retirara o dañara porque el parque se respetaba. Luego, por la insistencia de los más jóvenes, el ayuntamiento instaló en la parte próxima al puente un mini skate-park, ahora bastante desatendido también.
Ahora mismo, justamente enfrente del parque, se están llevando a cabo obras en la Bodega Insular de Vinos para convertirla en un Centro de Interpretación de la Viña Forastera.
Deseo firmemente que se tome en consideración la posibilidad de atender los árboles y el conjunto escultórico del Parque Infantil de Vallehermoso, lo entiendo un excelente complemento para aquellos visitantes que acudan a ese centro de interpretación.
Por prudencia no adjunto fotos del estado actual del parque. Son del año 2018.
M. Fernando Martín Torres.