El portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Agrupación Socialista Gomera (ASG), Jesús Ramos, ha solicitado al Gobierno de Canarias que le dé un empujón a la atención de la salud mental de la población de las islas no capitalinas, en particular de La Gomera, pues, “aunque se han hecho cosas importantes, todavía queda mucho por hacer para que esta prestación sanitaria llegue a toda la población de manera efectiva”.

Jesús Ramos aprovechó la comparecencia de la consejera de Sanidad del Ejecutivo canario, Esther Monzón, en el Parlamento de Canarias, para recordarle “las deficiencias que hay en estas islas no solo en infraestructuras, sino también por la falta de medios profesionales, especialistas, sobre todo, lo que provoca que los pacientes tengan que ser derivados a los hospitales de referencia”.

Reconoció que el Gobierno de Canarias “está trabajando de forma decidida en que la salud llegue a todas y cada una de las islas. No puede ser una excusa –apuntó– que, en las no capitalinas, por tener solo el 17% de la población de Canarias, no se hacen inversiones o no se dota de especialistas para que puedan tener esa atención que merecen todos y cada uno de los ciudadanos de esta tierra”.

Hizo referencia al XXII Congreso de Salud Mental de España, en el que “la Federación de Salud Mental de Canarias evidenció la necesidad de un reparto equitativo de recursos para la atención a las personas con problemas de salud mental en las ocho islas, indicando que en las islas no capitalinas hay ausencia de recursos de infraestructuras y de movimiento asociativo”.

A su juicio, “es fundamental dar un impulso político, no solo desde el Gobierno de Canarias, sino trabajando también coordinadamente con los cabildos, como no puede ser de otra manera, y, por supuesto, con los ayuntamientos”.

Explicó que “los servicios sanitarios destinados a la salud mental en una isla como La Gomera se han incrementado” y mencionó algunos programas que desarrolla el Gobierno de Canarias junto con el Cabildo, “por ejemplo, el de atención a las drogodependencias, el de patología mental del adulto, el de atención al enfermo mental crónico y la patología mental infarto-juvenil”.

Reiteró que “son medidas importantes, pero aún quedan muchísimo trabajo por hacer. Es necesaria –indicó– la coordinación y, para ello, establecer un equipo multidisciplinar conformado por psiquiatra, psicólogo, enfermero, y en el que también estén presentes, por supuesto, trabajadores sociales, educadores sociales, etcétera”.