San Juanito llegó a Tecina, en Playa de Santiago, aproximadamente en 1933, cuando se canalizó el agua de Benchijigua. Esta obra hidráulica fue celebrada con júbilo y alborozo por los vecinos, quienes finalmente tenían agua potable cerca de sus casas. Aquella agua fue refrendada con dos grifos: uno justo enfrente del Santo, en un lugar que desde entonces se llamaría San Juanito, y otro en el populoso barrio de La Laguna.
Colocar a San Juan Bautista al principio de los caminos es una tradición que se origina en el paganismo. Era una manera de sacralizar y proteger a los que transitaban por esos senderos. Al igual que los caminos del Azúcar en La Gomera comienzan con un San Juan, San Isidro o una Santa Lucía y terminaban en otro San Juan, todos ellos Santos dedicados al culto del agua, de la tierra y del Sol; en el barranco de Santiago sucedía lo mismo. El camino que transcurría paralelo al canal de agua se bendecía con un San Juan en Benchijigua y terminaba con un San Juanito en las inmediaciones de la antigua ermita y luego parroquia de Santiago Apóstol.
Existe la creencia de que los santos y vírgenes venerados en las iglesias y ermitas de La Gomera, al igual que en el resto de Canarias, fueron puestos siguiendo el patrón del antiquísimo camino de Santiago. San Juan Bautista, como anunciador de la llegada del Mesías, se coloca al final de los días del solsticio de verano, momento en el que comenzaba la peregrinación al santo sepulcro del Apóstol Santiago. Los peregrinos seguían la Vía Láctea, que como una brújula marcaba la dirección de Santiago de Compostela. El día que más se ve la Vía Láctea en el cielo es el 25 de julio, día de Santiago. Por lo tanto, San Juan y Santiago siempre van de la mano, uniendo el Cielo con lo terrenal.
San Juan Bautista es uno de los profetas más importantes del cristianismo, ya que es considerado el que precedió y reconoció a Jesús cuando se presentó ante él para ser bautizado. El islam y la fe baháꞌí también lo consideran profeta, siendo uno de los pocos personajes cuyo culto aparece en tres religiones con el mismo estatus. Para otras, como el mandeísmo, es el verdadero Mesías.
El nacimiento de Juan Bautista está rodeado de eventos milagrosos. Un día, su padre Zacarías tuvo una visión del arcángel Gabriel, quien le anunció que sus súplicas habían sido escuchadas: su esposa, estéril, quedaría embarazada de un varón.
Además del bautizo que Juan llevó a cabo en el río Jordán cuando Jesús tenía aproximadamente treinta años, estaban relacionados porque la Virgen María y Santa Isabel, madre de Juan, eran primas hermanas. Jesús y San Juan Bautista tenían la misma edad, pues, según las fuentes bíblicas, la Virgen embarazada visitó a su prima, quien también lo estaba, escena conocida como la Visitación.
San Juan Bautista se suele retratar según la descripción de Marcos: “Juan estaba vestido de pelo de camello, tenía un cinto de cuero a la cintura y comía langostas y miel silvestre” (Marcos 1:6). A estas características se le agregaron los atributos del bastón, el cordero, la concha y la cinta con la inscripción “Ecce Agnus Dei”, que traduce “he aquí el cordero de Dios”. En el Renacimiento, se comenzó a representar a San Juan Bautista joven, siguiendo algunas tradiciones apócrifas que indican que, cuando la Sagrada Familia regresaba de su huida a Egipto, se encontraron con Juan, quien desde pequeño vivía como ermitaño en el desierto. Tradicionalmente se considera que esta fue la primera vez que los primos se encontraron.
Este legado cultural y religioso nos invita a reflexionar sobre la conexión entre el cielo y lo terrenal, una mirada más detenida sobre nuestro entorno y su simbología. Los patrones de veneración de santos en Canarias revelan un profundo arraigo en antiguas tradiciones que integran elementos cristianos y paganos, mostrando cómo la espiritualidad y la cultura se entrelazan en la historia y la vida cotidiana de las comunidades.
¡Feliz día de San Juan!
Gracias por leerme.
Carlos Jesús Pérez Simancas