Marine Le Pen El HuffPost

La ultraderecha de Marine Le Pen logró una victoria histórica en la primera vuelta de las elecciones legislativas francesas con un 34% de los votos. El triunfo de la ultraderecha ha provocado el presidente Emmanuel Macron y numerosos líderes de la izquierda y del centro hicieron llamamientos a la unidad para evitar que el partido de Le Pen consiga la mayoría absoluta en la segunda vuelta, un escenario que no es descartable.

Según Público con un 63% de los votos escrutados, el partido de Le Pen, Agrupación Nacional (RN). logró un 34% de los votos, claramente por delante del Nuevo Frente Popular de izquierda (NFP) y del bloque macronista.

El bloqueo de la página web del Ministerio del Interior francés a partir de ese punto impedía la actualización de los datos oficiales, pero las estimaciones de voto daban alrededor del 28% al NFP, entre un 20% y un 22 % al partido de Macron y en torno al 10% a la derecha tradicional de Los Republicanos, la derecha convencional.

Lo que sí que quedó claro en la noche de este domingo se asignaron muy pocos de los 577 escaños de la Asamblea Nacional; la inmensa mayoría se decidirá en la segunda vuelta del próximo domingo 7 de julio.

Muchos de esos escaños en la segunda vuelta se dirimirán en principio en duelos entre tres aspirantes, pero Jean-Luc Mélenchon anunció el mismo domingo por la noche que los candidatos de izquierda que hayan quedado terceros se retirarán. Estas posibles retiradas estratégicas de ciertos candidatos para evitar la victoria de otros pueden ser decisivas en algunas circunscripciones.

«En todas las circunstancias nuestra consigna es clara: ni un voto de más para el RN, ni un escaño de más para el RN», afirmó Mélenchon, quien anunció que su formación retirará a candidatos en la segunda vuelta si eso ayuda a que no salga elegido un candidato de la ultraderecha.

Macron llama a la unidad contra la ultraderecha

La victoria de la ultraderecha generó un inmediato llamamiento de Macron en un comunicado para formar rápidamente «una amplia unión claramente democrática y republicana para la segunda vuelta», a fin de frenar a la ultraderecha.

Las palabras de Macron se interpretaron como una consigna para que los candidatos que se hayan clasificado en tercera posición en las diferentes circunscripciones se retiren y pidan el voto para evitar el triunfo de los de la ultraderecha.

El primer ministro, Gabriel Attal, reiteró el mensaje de Macron de que ahora de lo que se trata es de «impedir a RN que tenga una mayoría absoluta» con «su proyecto funesto».

«La lección de esta noche es que la extrema derecha está a las puertas del poder», dijo en una declaración desde la sede el Gobierno, antes de subrayar: «Si queremos estar a la altura del destino francés, hay que evitar que ocurra lo peor».

En la misma línea, el expresidente socialista François Hollande, jefe del Estado entre 2012 y 2017, reclamó «una unión «lo más amplia posible» para que todos los electores, «más allá de la izquierda», defiendan así los valores de la República Francesa.

Hollande, que ha vuelto a la política activa y se ha calificado en cabeza de su circunscripción para la segunda vuelta, consideró que Macron «parece haberse desvanecido» y que la que ha sido su mayoría «está hecha jirones».

En cambio, el partido conservador Los Republicanos (LR), que ha saltado por los aires a causa de la alianza con el RN de su presidente, Éric Ciotti -quien en la práctica lo ha abandonado-, no quiere decantarse por ninguno de los dos grandes bloques, la extrema derecha y la izquierda.

La participación alcanzó hoy el 66%, la cifra más elevada en una primera vuelta en elecciones legislativas desde 1981, en una muestra del gran interés que han generado esta convocatoria anticipada entre los franceses

Le Pen reclama una «mayoría absoluta»

Para la ultraderecha, que ya había ganado las dos últimas elecciones europeas pero jamás unas legislativas, se abre ahora la posibilidad de llegar al Gobierno con el mayor grupo parlamentario, mientras que en la Cámara saliente tenía únicamente 89 escaños.

La victoria del RN en este sentido es «inapelable», según dijo su candidato a primer ministro, Jordan Bardella, que pidió una movilización para lograr la mayoría absoluta en la segunda vuelta.

Marine Le Pen, ante unos enfervorecidos seguidores en su feudo electoral de Henin-Beaumont (norte), solicitó el voto el 7 de julio para lograr esa mayoría absoluta y que Macron no tenga otro remedio que nombrar a su delfín como el próximo jefe de Gobierno.