Las catástrofes naturales suelen ser impredecibles y, a menudo, dejan a su paso una gran devastación. Debido al cambio climático, estos eventos son cada vez más virulentos y difíciles de predecir, por lo que conviene preparar planes de contingencia previos a la catástrofe y un proceso claro de recuperación con el que orientar las labores de socorro, evaluar los daños y planificar la reconstrucción.

Los datos satelitales se han convertido en una herramienta fundamental para obtener información sin tener que estar en la zona afectada, permitiendo a gobiernos, ONGs y las comunidades afectadas responder con mayor eficacia.

El papel de los datos satelitales en la recuperación tras una catástrofe

Los datos satelitales, especialmente las imágenes de satélite, ofrecen una vista aérea de la Tierra, captando información detallada de grandes extensiones de terreno, siendo especialmente útil en zonas inaccesibles o peligrosas, como un lugar afectado por una catástrofe natural. Su capacidad para obtener información casi en tiempo real es incalculable para las tareas de recuperación. Algunos de los usos clave de los datos satelitales son los siguientes.

Evaluación de daños

Uno de los principales objetivos tras una catástrofe es realizar una evaluación de los daños sufridos en la zona. Las imágenes de satélite de alta resolución en tiempo real tienen la capacidad de mostrar con un gran nivel de detalle la situación en la zona afectada, ayudando a las autoridades locales a determinar el alcance de los daños en las infraestructuras de la zona, las viviendas y el paisaje.

El análisis de las infraestructuras permite conocer el estado de carreteras, puentes, edificios y otras infraestructuras críticas, facilitando la selección de objetivos prioritarios a reparar y organizando las rutas de acceso para los equipos sanitarios y de rescate. En el caso del análisis del paisaje y el impacto medioambiental, el objetivo no solo es conocer el daño causado a los entornos naturales, también sirve para analizar la posibilidad de afrontar problemas secundarios (por ejemplo, corrimientos de tierra).  

La comparativa entre imágenes satelitales anteriores y posteriores a la catástrofe también sirven para enfocar los esfuerzos de reconstrucción. No se trata solo de reconstruir de una forma similar a como era la zona antes, la colocación de elementos de protección puede minimizar el impacto de futuras catástrofes.

Cartografía y monitorización de las inundaciones

Muchos desastres naturales tienen como consecuencia primaria o secundaria las inundaciones. A la destrucción causada por las riadas y el estancamiento del agua se le añade la dificultad para acceder de forma segura a las zonas afectadas para poder rescatar a las personas y animales atrapados. Los datos satelitales desempeñan un papel crucial a la hora de conocer la extensión de las inundaciones y los niveles de agua.

Para cartografiar el área afectada por las inundaciones, los satélites equipados con sensores de radar pueden captar información incluso cuando llueve intensamente y hay una densa capa de nubes sobre el área afectada. De este modo, la planificación y despliegue de los equipos de rescate puede comenzar lo más pronto posible, sin tener que esperar a que pasen las nubes para poder tener una imagen de la zona. En lo que respecta al nivel del agua, la monitorización continua sirve para llevar a cabo un seguimiento de los cambios a lo largo del tiempo, proporcionando alertas tempranas de posibles inundaciones y ayudando a prevenir daños.

 Apoyo a las labores humanitarias sobre el terreno

Incluso cuando los pasos a seguir por los equipos de rescate y apoyo han sido cuidadosamente planificados, una vez sobre el terreno las condiciones pueden cambiar y, además, su correcto funcionamiento solo es posible cuando existe una excelente coordinación y una logística robusta que haga llegar alimentos, agua, suministros médicos y otros artículos de primera necesidad a la zona.

La planificación logística puede mejorar con el uso de satélites, trazando las rutas más eficaces para la entrega de la ayuda, teniendo en cuenta el estado de las carreteras y la ubicación de los centros temporales establecidos. Al evitar rutas bloqueadas o peligrosas, los recursos llegan a la zona con relativa facilidad y las personas afectadas obtienen ayuda rápidamente. Puesto que diferentes barrios o ciudades pueden sufrir un nivel de destrucción desigual, las imágenes de satélite también pueden utilizarse para controlar la distribución de los suministros de ayuda e identificar áreas que quizá requieren ayuda adicional.

El cambio climático y la preparación ante las catástrofes naturales

Las catástrofes naturales rara vez se pueden evitar, pero sí se puede minimizar su impacto, especialmente cuando hablamos de vidas humanas. A medida que el cambio climático aumenta la frecuencia e intensidad de estas catástrofes, los datos satelitales se vuelven aún más críticos en la preparación. 

Uno de los sistemas más ampliamente utilizados son los sistemas de alerta temprana, en los que la monitorización por satélite se emplea para controlar y analizar patrones meteorológicos, el nivel del mar y otros indicadores medioambientales que pueden interpretarse como un aviso anticipado de un desastre inminente. 

Asimismo, algunas regiones del mundo son más propensas a sufrir inclemencias meteorológicas que otras, por lo que desarrollar planes específicos y estrategias para mitigar riesgos en dichas regiones puede suponer una diferencia enorme. Los denominados “mapas de peligrosidad” son cada vez más frecuentes en zonas propensas a tener problemas, como en Filipinas ante las lluvias torrenciales y los corrimientos de tierra, o en California (EE.UU) ante sus habituales incendios forestales veraniegos.

Los datos satelitales se han convertido en una herramienta indispensable, tanto en el proceso de prevención como de recuperación tras una catástrofe natural. Su capacidad para proporcionar información precisa y exhaustiva facilita que la respuesta sobre el terreno sea más rápida y eficaz, lo que, en última instancia, ayuda a salvar vidas y reduce el impacto en las comunidades afectadas. Las aplicaciones basadas en datos satelitales son múltiples y su uso no deja de crecer, por lo que se espera que según mejore la tecnología, se conviertan en una herramienta todavía más importante y potente.