Sobre fechas y aniversarios no voy a hablarte, todos sabemos los días que llevan ustedes sin nosotros y nosotros sin ustedes.
Siempre que te visualizo, sentado en la escalera en casa de abuela me imagino viviendo junto a ti, momentos de risas, muchas risas…
Los calderones de eso sabemos un rato…
Formando un vacilón de cualquier situación y abuela con una sonrisa picarona, saltando enseguida a corregirnos…
Se reiría como la que más y luego diría eso de «se acabó»…
Te iba a decir eso de «cuantos momentos tan especiales no hemos podido vivir contigo» pero siempre pienso que estás ahí, cerquita, mirando desde arriba y consuela…se que estás orgulloso de todos nosotros, lo sé…
Desde niño, siempre con el mismo pensamiento: ¿Cómo hubiera sido la vida contigo?
Has estado tan presente siempre que hemos crecido normalizando la dimensión en la que te encuentras…
Abuela contaba anécdotas, la que más recuerdo era cuando hicieron la obra del patio…
A abuelo le costaba más nombrarte, tenía otro carácter.
Contarte que lo de la espina al pasar por allí no creo que vaya a cambiar, ya sabes cómo soy…
Cuando estoy allí, el Roque se vuelve pequeño y mira que es grande.
Hay algo allí, una mezcla de tristeza y paz, es difícil de explicar con palabras…
Tú me entiendes, seguro.
Sigue protegiéndonos desde tu espacio.
Aquí se te quiere sin límites.
El mayor de los abrazos para ti y los viejitos
Francisco Javier Darias Fernández