Puede decirse que, en líneas generales, el nivel de lengua correspondiente al estrato sociocultural más alto funciona como norma regional de prestigio. Este lenguaje culto presenta algunos rasgos gramaticales que lo diferencian del estándar castellano, pero son rasgos que comparte con el español de América: fundamentalmente, el no empleo de los pronombres personales vosotros, os, del posesivo vuestro y de las formas verbales de segunda persona del plural. También presenta diferencias en el plano fónico que, aunque no se manifiestan en la lengua escrita, caracterizan el peculiar acento regional, como el seseo o la aspiración. Igualmente, en el plano léxico se puede comprobar que hay elementos del vocabulario regional que son de uso común en el lenguaje culto y contribuyen a singularizarlo dentro del mundo hispanohablante.
Los hablantes canarios, cultos o no, en el uso diario del idioma no atienden, en general, a normas extrainsulares, sean peninsulares o americanas. Algunos hablantes que intentan imitar una norma extrainsular como la castellana suelen ser objeto de censura. Esta variedad prestigiosa regional es la que generalmente se emplea en los medios de comunicación, en los centros educativos y en las instituciones públicas, aun en situaciones de habla de gran formalidad. Dicha variedad rechaza distintos rasgos propios del lenguaje popular de algunas localidades o comarcas, como, por ejemplo, los cambios de consonantes (curva / culva, algunos / argunos) o el uso de ciertas variantes morfológicas (veía / vía, somos / semos).
Por lo demás, las normas regionales del mundo hispánico presentan en lo esencial una gran uniformidad, por lo que, en este sentido, se puede afirmar que es mucho lo que tienen en común y muy poco lo que las diferencia. En el plano léxico, sobre todo en el caso de sinónimos o términos correspondientes (español general / español regional: naranjo / naranjero, patata / papa, autobús / guagua, mercado / recova, etc.), la presión de la norma castellana conduce a la vacilación, y la preferencia por uno u otro elemento podría depender del usuario o estar condicionada por el perfil de los destinatarios.
En algunas zonas de Canarias, como en La Gomera, la norma regional se ve algo afectada, aunque solo sea en el plano gramatical, ya que en estos lugares se mantienen los pronombres y la formas verbales de segunda persona del plural. Se trata aquí de un uso arcaizante registrado en los distintos niveles de la lengua y, aunque en el lenguaje popular las formas de dichos elementos gramaticales no coinciden en todos los casos con las del español estándar, los hablantes cultos han eliminado las diferencias a fa- vor de las formas generales.
Palabras nuestras
- m. Infusión obtenida de la mezcla de varias hierbas, o mezcla casera de bebidas alcohólicas, con fines curativos. Para curarle el catarro, la abuela le preparó un beberaje que le hizo efecto.
- m. Bebida compuesta de ingredientes desagradables al paladar. Como la obligaron a tomarse un beberaje, salió a escape y no volvió en mucho tiempo.
- m. GC. Conjunto de las bebidas espiritosas.
- m. Hi. Mezcla no espesa de gofiocon leche, vino, agua, caldo u otros líquidos. Le salió un beberaje, que no había quien se lo tomara.
- m. Mezcla de afrechou otra sustancia con agua, que se da como alimento a ciertos animales domésticos, como cabras o vacas.
Información sobre la localización de voces y acepciones
Fv: Fuerteventura
GC: Gran Canaria
Go: La Gomera
Hi: El Hierro
LP: La Palma
Lz: Lanzarote
Occ: Islas occidentales (Tenerife, La Gomera, La Palma y El Hierro)
Or: Islas orientales (Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria)
Tf: Tenerife