Casimiro Curbelo, presidente del Cabildo de La Gomera

Afrontamos la recta final de octubre con la tarea hecha de haber abierto un debate sosegado y reflexivo sobre el reto demográfico y el futuro de Canarias, desde una visión transversal y el planteamiento de medidas materializables para determinar las islas que queremos ser. Hay que reconocer los esfuerzos realizados desde el Gobierno, los cabildos, los ayuntamientos y la sociedad en su conjunto para, a partir de los diferentes ámbitos de diálogo, definir las tareas que quedan por hacer para fijar los pasos a dar en este Archipiélago.

Durante este tiempo, he participado como presidente del Cabildo de La Gomera y también como presidente de la comisión de estudio sobre el Reto Demográfico y el Equilibrio Poblacional en Canarias del Parlamento, en multitud de encuentros para abordar esa hoja de ruta hacia la transformación de esta tierra. He de decir que estamos ante un momento de gran relevancia. Sin embargo, nos hemos topado con unas cuantas asignaturas pendientes que habrá que superar cuanto antes.

Si queremos que de las conclusiones de estos encuentros se afronte el reto demográfico, primero hay que entender lo que estamos buscando: una gestión equilibrada y dinámica del territorio, la población, la economía y la sociedad, para que los ciudadanos de cada territorio vean mejorada su calidad de vida. Sin embargo, entender este binomio no es una tarea sencilla y hay quienes se empeñan en no querer verlo porque hace falta mayor convicción e interiorización de este término y lo que supone.

La clave del éxito en este gran desafío está en abordar la planificación en todas sus vertientes. Me refiero a articular una visión urbanística, territorial y económica a medio y a largo plazo.  Se trata de abordarlo desde cada isla pero con una idea de región y la suma de todos los agentes implicados. Aquí reside la fórmula del éxito, pero debe ir de la mano de una adecuación y simplificación normativa, además de una gestión adecuada y sostenible de los recursos, y la disposición de los medios económicos necesarios para lograrlo.

Otra cuestión fundamental es la cooperación institucional y la definición de medidas prácticas y objetivos bien concretos para su ejecución. Con todo esto, estaremos en disposición de asumir, como propio, el reto que tenemos los canarios y las canarias por delante. Hasta entonces, seguiremos diagnosticando una enfermedad que se agudiza sin tener muy claro cómo frenarla.

Las próximas semanas serán claves, pues es cuando abordemos las conclusiones de las mesas de trabajo y se acuerde el dictamen de la comisión de estudio. Ambas cosas serán de mucha utilidad para avanzar en la concreción de acciones y que la próxima Conferencia de Presidentes concluya con hechos tangibles que permitan mejorar la calidad de vida de la ciudadanía.

Hay un refrán popular que dice que es muy fácil pintar la paloma, lo difícil es pintarle el pico y que coma. Lo primero ya lo hemos logrado. Confío en que terminemos de dibujar el pico y que este gran reto abra una nueva etapa de progreso sostenible y equitativo para Canarias.